jueves, 17 de abril de 2014

Diario ruta Guadix-Alhambra 2004


           Primer dia: 30 de Octubre de 2004

Como todas las rutas, llevo mi documentación de los lugares a visitar y sus horarios, eso si, bien actualizados por la Web de turismo de Andalucía, para que no haya sorpresas como otras veces.

Nuestro primer objetivo será Guadix, donde nos alojaremos en el hotel Mulhacen dos noches. Reserve las habitaciones el viernes por por previsión de que en el puente de todos los santos se fueran a agotar. Por la pagina Web tenia buena pinta en su interior.

Vamos unas nueve personas y reservamos tres habitaciones triples.

Para el lunes haremos visita a la Alambra, cuya reserva de entradas la hice aquí en Sevilla por el BBVA. Estaban agotadas para el domingo, y para el lunes ya quedaban muy pocas, así que no tuve mas remedio que escoger las 2 de la tarde como horario de visita: no habìa otra cosa.

En cuanto al tiempo, daba algo de agua, sol y nubes. En Guadix el domingo, claros y nubes y en Granada el lunes, soleado.

Resultaba curioso en las predicciones cuando observe que el domingo en Granada daba lluvia, pero en Guadix solo nubes y sol.

Tenemos prevista la salida sobre las 5 de la tarde: mi amigo Jorge trabaja de turno de mañana. Esta noche daremos una vuelta por la capital y tantearemos el terreno.

Llegamos a Guadix sobre las 10 de la noche, ya que salimos cerca de las 6 y paramos dos veces en el camino, una al principio para tomar un café, y otra a los 200 Km., para descansar los cuerpos. Al entrar, habìa que coger dirección Murcia para buscar el hotel, según nos indicaron en una avenida principal. Dejamos el coche enfrente, y desde esta, al lado pudimos apreciar al fondo la imagen de la Catedral iluminada.


En el hotel, las habitaciones que nos tocaron eran interiores y la verdad es que estaban regular: los w.c. no eran mucho lo que reflejaban los grabados de internet, las perchas en el ropero eran escasas y la mayoría solo servían para colgar las camisas.

Por la noche nos fuimos a un bar a tapear y nos pusieron una ración de calamares y otra de gambas rebozadas: los calamares estaban un poco pésimos, parecían plástico, y los niños pidieron unas hamburguesas que las pusieron casi quemadas y el otro niño, un filete de pollo que estaba mas duro que el alcoyano. En fin, lo único bueno fueron los cubatas y el postre.

Ya por la noche, llegando al hotel venían en el coche las dos amigas de Algeciras.

         Segundo dia: 31 de Octubre de 2004

Nos levantamos sobre las 9 de la mañana y desayunamos bien en la cafetería del hotel.

Nuestra primera visita era la Catedral que era el monumento que teníamos mas cerca. De camino buscamos una farmacia de guardia para comprar una caja de primperan: mi amigo Jorge había pasado una mala noche con vómitos. Fuimos a la calle
Mariana Pineda y la compro. Para tomarse la dichosa pastilla no había ningún bar abierto para pedir un vaso de agua. En fin, hubo uno que tenia la persiana medio echada y pudo pedirlo.

Al ver la entrada de la Catedral, me lleve en principio una desilusión: estaba cerrada. Para no perder la mañana visitamos calle S. Miguel arriba la cueva-museo: estaba decorada con una extensa muestra de cerámica popular típica de Guadix y por un pozo en la entrada del siglo de época árabe. Allí compre una pieza de barro de casas típicas enclavadas en cueva. Llamo la atención también unas tinajas incrustadas en la pared.

Calle arriba escuchamos las campanadas de la Catedral, y el dueño del museo nos apunto que abriría de 12 a 1 para misa. Así que aprovechamos y la visitamos en horario de culto.

Según datos, se empezó a construir alrededor de la Mezquita Mayor en 1597. Se termino su construcción en el siglo XVIII.

Es una mezcla de estilos: gótico, renacentista y barroco. Conserva tullas de Alonso Cano. El museo como no era día de apertura, no pudimos apreciarlo.

De Allì, como no era hora todavía de almorzar, visitamos el típico y esperado Barrio de las Cuevas.

Estas citadas cuevas están generalmente ocupadas por artesanos. Tienen su origen probablemente tras la Reconquista. Actualmente existen más de 2000 cuevas.

Ahora son las 3 y cuarto de la tarde y estamos en un mesón típico después de haber degustado un vino Lambrusco con morcilla de arroz y con migas, acompañadas con sus ensaladas de queso blanco y de patés. También nos pusieron un entremés con jamón y tomate con aceite de oliva. Mi amiga Inma pidió en este instante otra botella de vino. ¡Dios mío, me van a tener que llevar en brazos al hotel!

Nos subimos por un montículo y contemplamos una buena vista de todas las montañas-cueva y la Alcazaba a la izquierda de nuestra visión que cerraba los domingos.

Hoy podemos decir que hemos comido bien, a diferencia de la escasa calidad del bar de anoche, en el que pudimos algunos darnos cuenta que el cocinero estaba un poco bebido. En fin, son circunstancias que se encuentra uno en estos viajes.

De Guadix podemos decir que cuenta con un patrimonio histórico y artístico importantísimo. Es famoso, que duda cabe, por su cerámica. La ciudad actual fue fundada por Julio Cesar en el año 45 a.C. Desde el siglo IV ha sido sede episcopal y sigue siéndolo en la actualidad.

En cuanto a la Alcazaba, cabe destacar su buen estado de conservación como se puede apreciar en la foto. Sus torreones son del siglo XI, esta separada de la ciudad por un simple muro en ángulo recto. Tiene torres cuadradas en doble línea, de hormigón con piedras.

De ellas se pueden divisar también los limites de la Hoya de Guadix con su vega y monte, y como no, la impresionante Sierra Nevada, que ya estaba cubierta de nieve.

Después de la comida, al salir del restaurante, cerca de las 4, fuimos al hotel para descansar un poco: estaba lloviendo algo y hacia mucho frío ya para ponernos la chaqueta.  

        Tercer dia: 1 de Noviembre de 2004

Nos levantamos a la hora acostumbrada. Anoche tomamos unos cubatas en un bar de copas cerca de la Catedral y bailamos un poco.

Sobre las 10 y media aproximadamente nos dirigimos a Granada capital, pero antes echamos combustible en la gasolinera de al lado del hotel. Nuestro pensamiento en principio fue la Alambra, pero optamos mientras por ver la Catedral para así aprovechar mas la mañana. A la entrada de la capital hubo que soportar mucho tráfico: después de dar vueltas y vueltas, dejamos el coche en una calle determinada y estirar un poco las piernas. Vi la hora y optamos algunos por no ir al monumento mencionado y quedarnos en una plaza cerca de comprar los bocadillos para la visita posterior, ya que era a mediodía y nos cogía un horario un poco chungo para nuestros estómagos.

Mi amigo Manolo y Maria José fueron a la Catedral un momento.

Cogimos el coche a la 1 y diez: nos aconsejaron que estuviéramos en la cola a la una y media (la hora de visita nuestra eran las 2). Dimos con el letrero de indicación de Alambra y de buenas a primeras desaparecieron las indicaciones. La verdad es que no lo comprendo. Tuvimos que preguntar por lo menos dos veces. Para colmo, el tráfico no acompañaba. Después de dar vueltas y vueltas, a la subida del monumento experimentamos otro atasco mas (naturalmente era el día de todos los santos y el cementerio daba la casualidad que se encuentra al lado de la Alambra).

Dejamos el coche por fin en el aparcamiento de al lado y otro inconveniente más: había que esperar cola en la taquilla a pesar de tener las entradas reservadas. Eran las 2 y veinte y le referí al vigilante lo que habíamos pasado y lo mal indicado que estaba el acceso. El se reía de esa cuestión dándome a entender que sabía ya del tema. Una señora detrás nuestra en la cola también tenía nuestra misma hora de visita.

En fin, una vez dentro, y después de tanta indignación, pudimos relajarnos ante el jardín florido de dentro. Encontramos dos indicativos: uno del Generalife y otro, al que accedimos primero que eran los palacios nazaríes y de Carlos V: el museo del Palacio, para más remate ya se encontraba cerrado. La hora eran las 3 menos cuarto y en vez de dejarlo abierto en horario ininterrumpido, como el conjunto histórico, abrían nada más que hasta las 2 y solo los días de martes a sábado (los domingos no hay turistas por lo visto.)

La Alhambra fue Palacio ciudadela y fortaleza, residencia de los sultanes nazaríes. La zona militar o la Alcazaba la dejamos para el final del recorrido, pasándonos a los Palacios mencionados, destacando, como no, el patio famoso de los leones. A su llegada se puede contemplar la hermosa arquitectura árabe con todos sus adornos vegetales y figuras, típico de esta cultura. A su salida, en los jardines y sentados en un banco, deshicimos nuestro papel de plata y nos almorzamos los bocadillos en este jardín que se ve a la derecha
en la foto: nuestros estómagos no podían mas, a pesar de distraerlos con tanta maravilla arquitectónica.

De allí pasamos a la zona del Generalife, todo ello en un entorno de zonas boscosas, jardines y huertas (pudimos divisar a lo lejos algunas calabazas plantadas). Todo aquello muy bien cuidado, constituyendo un autentico pulmón de oxigeno.

El Generalife fue construido en tiempos del rey nazari Muhammed III. Era una villa turística para manutención y descanso de la familia real; y en espacio cerrado a ojos ajenos, por lo que su disfrute es para el dueño, familia e hijos. Con Al-Hamar se llevó el agua a estos lugares: se construyó la acequia real para traer agua del Darro.

Allí dentro visitamos el Palacio con sus patios interiores rodeados de fuentes y de caminos hechos de agua.

¡Ah! cerca del palacio de Carlos V se encontraban unos baños árabes.

Hice unas cuantas tomas de video y de fotos: habìa unas especies de flores muy curiosas.

La Alcazaba la visitamos cerca de las 6 de la tarde. Hacia ya mucho frío, y desde los torreones de esta mas todavía. Eche de menos un buen chaquetón: no me fue suficiente con el chaleco gordo de lana de que dispuse.
Al salir de la visita fui a la maquina para sacar el ticket para el coche y me echo las manos a la cabeza: 2 euros la hora de estacionamiento: un abuso, y encima te cobran la fracción por una hora. Es indignante. Esta claro de que ya no volveré mas, por lo menos a la Alhambra. Ya tengo suficiente con lo mal indicado que esta el acceso y con lo abusivo precio del aparcamiento: por 3 horas y cuarto, 5.40 euros ¡Demasiado! La Alambra, que es un monumento hermoso donde los haya, no tiene culpa de la mala organización de sus ayuntamientos y de obras publicas, sin dejar al lado la Oficina de Turismo cerrada un lunes fiesta.

A la salida estaba casi cayendo la noche y decidimos marcharnos ya para evitar la caravana de coches de regreso del puente.

Una anécdota mas para rematar la faena de visita: cuando salimos de la Alambra vimos dos carteles: uno dirección Jaén y otro de Motril. Yo, intuitivamente y sabiendo algo de geografía, ya que Jaén esta a un lado y Sevilla en otro geográficamente, cogì dirección Motril, que se que es de Malaga. Cogiendo esta dirección paramos a mitad de camino en un área de servicio y nos aconsejaron para más “INRI” que volviéramos otra vez dirección Granada y tomáramos el desvío de Jaén para coger Sevilla-Córdoba. Lo mas lógico que en el indicativo de Jaén hubiera puesto también Antequera y así se hubiera uno guiado mejor. En fin, no quiero meterme más con Obras Publicas.

En fin, después para coger la desviación de Sevilla-Córdoba tuvimos que aguantar un poco de cola de coches.

El viaje de regreso, la verdad, se me hizo un poco pesado. Pare un rato el coche en un área de descanso a los 200 km para estirar algo las piernas. ¡Vaya dia! Menos mal que nos acompaño el tiempo.


                                                                            MIGUEL ANGEL






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