lunes, 14 de abril de 2014

Diario ruta 2004


                 DIA 1  16 DE JULIO

Son las 8 de la tarde y he regresado con mis compañeros de viaje del supermercado. Había que comprar algunos suministros para el camino y además para preparar una ensalada para mañana a la hora del picnic.

Llevo tres días con el tema de la maleta: hay que llevarse lo imprescindible, como siempre en cada viaje que se hace.

Haremos un recorrido por la zona centro de nuestra geografía más o menos: Toledo, Ávila y Segovia, parándonos en sus típicos pueblos. Para no hacer un recorrido hasta Toledo del tiròn, ya que directamente se podía hacer un tanto agotador y pesado, nos pararemos primero en lopera, provincia de Jaén.

En el camino, y sin dejar muy de lejos la n-iv, hay pueblecitos que merecen la pena visitar. Concretamente, mañana haremos una primera parada en el pueblo citado antes, que tiene un castillo. Y después continuaremos rumbo a Baños de la Encina.

He tenido que seleccionar mucho, eliminando pueblos, de tal manera que nos quitemos un dia o dos las inclemencias del calor del verano. Conforme vayamos mas arriba descenderá algo la temperatura. A pesar de eso, me llevare un chaleco fino para las noches, por si refresca algo.

Me acostare algo temprano ya que los amigos vienen mañana a mi piso y partiremos sobre las 7 de la mañana.

                    DIA 2  17 DE JULIO


Salimos sobre las 7 y veinte de la mañana y llegamos a Lopera sobre las 10 menos cuarto. Dejamos el coche en la Plaza del Ayuntamiento, y enfrente, el castillo, enclavado en la Plaza de la Constitución. Al llegar a la puerta nos la encontramos cerrada. Una mujer nos indico que en una calle cercana al lado de la panadería vivía un señor llamado Martín que tenía las llaves y nos lo podría enseñar.


Dirigiéndonos a su domicilio, este nos indicó que nos fuéramos para la puerta del monumento que tenia que localizar un señor que le iba a dar las llaves. Llegando allí viene Martín y le trae un abuelo en moto las llaves encargadas.

Este castillo sobresale sobre el resto del entramado Urbano. Consta de dos torres del Homenaje: una Santa Maria y otra San Miguel. Este castillo esta rodeado por una extensa muralla almenada. Hubo una capilla gótica interior, de cuyo contenido no queda prácticamente nada.
Se llevaron unas reliquias y algunos cuadros que presumiblemente estuvieran en un museo de Córdoba. Arquitectónicamente ha sufrido transformaciones aberrantes, ya que la familia que lo habito no respeto mucho su fisonomía anterior. Poseía también bodegas de vino, incluso habìa unos barriles de hace por lo menos cuarenta años de antigüedad. El guía nos dio a probar uno dulce y otro amontillado.

La guerra civil ocasiono en el algún destrozo, particularmente en un trozo de almena y alguna zona del amurallado. Fue utilizado como bodega de vino y hace unos años como salón de banquetes de boda o bautizos.

La Iglesia de la Magdalena no la pudimos ver porque curiosamente no llegamos a localizar al cura. Unos albañiles allí nos indicaron que acababa de salir instantes antes de terminar nuestra visita al castillo.

De allí partimos sobre las 11 y media larga hacia Baños de la Encina.

Es uno de los rincones de Andalucía donde el tiempo ha sentido la tentación de detenerse.

En principio, subimos una pequeña cuesta para dirigirnos al castillo de Bury-Al- Hamma cuya silueta domina toda la villa. De hecho, desde kilómetros en la carretera se podía ya divisar su silueta. Dispone de 14 torreones rectangulares y uno pentagonal Tiene una modificación: la torre del Homenaje de la cual no guarda similitud frente al estilo musulmán del monumento.

En su patio interior se contemplaba un aljibe dividido en dos naves separadas por pilares. Allì, en lo alto se apreciaba una gran vista de la villa.

Al salir del castillo notamos que la Iglesia de San Mateo, que se encontraba al lado, estaba en
restauración.

Mala suerte tuvimos, ya que la de Lopera tampoco pudimos acceder.

Ahora, al reflejar estas líneas, son las dos menos diez y saboreando una cerveza con una tapa de cortesía de gambas rebozadas que suelen poner aquí, por costumbre. Mi amigo pidió otra y le trajeron una de melón con jamón.

Ahora, dentro de un ratito haremos o montaremos el picnic al lado del castillo. A ver como se encuentra la ensalada que prepare, y los dos briks de gazpacho congelados que metí.

Como nos sobraba tarde, decidimos dirigirnos a Valdepeñas, para después coger para Almagro, un pueblo que no estaba trazado en la ruta, pero que estaba a unos solo 33 kilómetros de este. Así, dejaríamos esta capital citada para mañana y San Carlos del Valle.

Llegamos a Almagro a las 4 y media cogiendo dirección Ciudad Real. El Corral de Comedias abría a las 6, así que estiramos un poco las piernas y visitamos la Plaza Mayor, en su mayoría totalmente fortificada como se puede apreciar en la foto. Allí nos tomamos un café para reponer energías.

Esta plaza fue declarada monumento nacional y conserva la estructura original de los teatros del siglo XVII.

Sobre las 6 visitamos el típico Corral de las Comedias y un museo que estaba dentro de una iglesia al lado de la Plaza Mayor. Se trataba de trajes que utilizaba el Ballet español durante sus distintas actuaciones: teatro de Zorrilla, Zarzuela, Juan Tenorio…

Hicimos un breve recorrido por alguna iglesia y cogimos el coche para Valdepeñas.

Llegando allí tuvimos un gran problema: no vimos ninguna pensión y el único hostal que habìa estaba completo.

Después de dar vueltas dimos con el hotel Central, pero seguían los problemas: habitaciones triples estaban todas ocupadas. Solo habìa dobles. Al final, el dueño del hotel, que por lo visto era el mismo recepcionista, nos lo arreglo quitando una cama de una habitación doble.

Sobre las 10 nos duchamos y nos fuimos a dar una vuelta por la villa mientras que nos traían la cama de más.

                    DIA 3  18 DE JULIO


 Nos levantamos a las nueve y desayunamos en la Plaza Mayor unos croisanes y unas porras (unos churros gruesos, como le llaman aquí).


A las 10 abren la Oficina de Turismo y nos enteraremos mejor de
los horarios de los monumentos, que suelen variar con los informes de internet de que dispongo.

Reflejando estas lìneas empezaron a tocar las campanas de la Iglesia de la Asunción que tenìamos en la plaza y pudimos contemplar un coche fúnebre que se acercaba a la puerta de la Iglesia.

Ya nos dijeron que el Museo de los Molinos de Gregorio Prieto cerraba los domingos. ¡que mala suerte! Así que decidimos ver el museo de pinturas del citado antes.

La exposición que se daba en estas fechas se llama: “por tierras de Isabel la Católica”. Se abría a las 11 de la mañana y no se podía entretener mucho uno ya que antes de las 12 deberíamos dejar las maletas fuera de la habitación del hotel.

De allí, al Museo del Vino que llegamos sobre las 12 y cuarto.
La entrada era libre, igual que el Museo de pintura. Aquí nos pusieron una proyección donde se reflejaba los orígenes del cultivo del vino desde los siglos XII o XIII pasando por los romanos y los árabes.
Era un edificio de reciente creación: 1999. Disponía de varias salas, desde las diferentes categorías del vino hasta el daño que pudo ocasionar la filoxera en el pasado, creándose un injerto de vid más resistente a la plaga.

Pasamos a una cueva con tinajas verticales pasando a una temperatura más fresquita. Otro pabellón exponía útiles para la elaboración del caldo.

De allí, a San Carlos del Valle que nos encajamos sobre las 2 y cuarto de la tarde, hora propicia para una comida, sin antes haber probado un mistela del vino de Valdepeñas.

Aquí, en San Carlos paramos en el bar Guchin y pedimos un mero en salsa y pinchitos en forma de ración. La verdad es que comimos un poco incómodos por las pesadas moscas. Entablamos conversación con el camarero y nos enseño un gran corral que tenìamos justo al lado del velador en un portalón.

Es de destacar que conforme nos íbamos acercando a la villa aparecía sobre el horizonte la aguja que remata la singular iglesia. 

Aquí, al lado la singular plaza que tiene una forma casi rectangular, de 53 metros de longitud.

En un lado de la plaza se halla el Ayuntamiento de pórticos de madera. La citada Iglesia fue restaurada varias veces. En su exterior destacan su cúpula encamonada, la portada-retablo dentro de un arco rehundido, en la fachada lateral, un relieve representando a Santiago Matamoros. En fin, una verdadera joya del arte.

A las 5 menos diez llegamos a Consuegra: nos subimos a la loma y pudimos apreciar el castillo árabe que se encontraba en periodo de restauración solo de una parte.

Este, estaba rodeado de molinos de viento: uno de ellos conservaba todavía la maquinaria original. Allí arriba se divisaba todo el pueblo.

Nos echamos unas fotos y sobre las 6 y diez o y cuarto nos dirigimos a Orgaz, cogiendo la carretera de Toledo.

Llegando allí dejamos el coche al principio y preguntamos a una chica por un sitio para dormir. Ella nos aconsejó La Venta de A-Gar, una casa rural que por lo visto tenía muy buena pinta: nos atendió un señor mayor y fuimos al piso de arriba dándonos confianza por si queríamos utilizar la cocina también. Nos cobraba 23 euros a cada uno y el desayuno estaba incluido. Nos hizo las camas una chica sudamericana y nos trajo dos botellas de agua para que la metiéramos en el frigorífico.
En cuanto a Orgaz, esta la Iglesia de Santo Tomas, en cuya plaza me encuentro tomándome una cerveza. Fue obra de Alberto de Churriguera. Esta todavía inacabada. Destaca sobre todo la majestuosidad de su torre y de sus dos cúpulas.

En cuanto a su castillo nos dijeron que abrían una vez o dos al mes. Es privado pero la Consejería de Turismo le obliga a abrirlo alguna vez a los dueños, según dos hombres que nos encontramos en la
plaza. Bromeamos un poco con ellos y nos comentaron que sobre las 10 abrirían mañana la iglesia y que hoy, también a las 10 de la noche había una banda
de música que tocaba en un escenario al lado de la misma Iglesia.
El hombre de la posada nos dijo que metiéramos el coche allí en el solar de que disponía toda la noche…
Hablando un poco del castillo, hay que decir que hubo uno más antiguo con el nombre de Orsa y Oria. Seria del siglo X. Después se edificó el que se cita a mediados del XVI levantado en granito con mortero de cal. ¡Ah! hablando de cal, nos dijeron estos señores que el agua de aquí contenía mucha.

El castillo es de planta cuadrangular y de mampostería son sillería en las esquinas. Es de destacar la torre del Homenaje situada al sur.


Al lado del castillo visitamos una ermita muy curiosa: tenía varias imágenes del santo entierro, un cautivo y un santo con tronos para llevarlo en Semana Santa.

Sobre las 9 nos fuimos al hospedaje y en la cocina de arriba aliñamos un tomate grande con atún y abrimos una lata de albóndigas y otra de raviolis y cenamos. Mis dos amigos se fueron a ver la banda de música actuar en la plaza y yo me quede en la habitación, ya que estaba un poco cansado de carretera. Mañana ha dicho mi amigo Manolo que va a coger el coche.

¡Ah! una circunstancia: al darnos las habitaciones no quisieron que les dejáramos documentación alguna para hacer la reserva. Nos dieron plena confianza.

   
                    DIA 4  19 DE JULIO

Nos levantamos a las 9 como el dia anterior y el dueño ya nos habìa preparado en la cocina el enorme desayuno: café, magdalenas, pastas, cola-cao….


Anoche tuvimos que esperar cerca de la una a que terminara el jaleo de gente, ya que el restaurante estaba situado debajo.

Por la mañana dejamos las maletas en la habitación y dimos una vuelta por el pueblo. El hombre nos dejo una llave para cuando regresáramos.

Sobre las 12 pusimos rumbo a Toledo, pero por el camino, revisando las hojas de internet, nos dimos cuenta que hoy lunes cerraban todos los monumentos: alcázar, catedral y museo del Greco. Así que variamos un poco la ruta, y para aprovechar la tarde nos encaminamos a San Martín de Montalbán.

De camino nos cogiò un pueblecito llamado Cuerva. Nos llamo la atención su Iglesia de Santiago Apóstol. Al entrar en ella nos aten- dio un hombre disminuido físico que nos explico su historia: hubo un cura que realizo una reforma un poco antiestética según nos contó.

Allì estaba enterrado Garcilaso de la Vega y en el suelo del altar una lapida que ponía que yacía el cuerpo del mayordomo de Felipe IV y su hija Mariana de Mendoza, que era hija de El Greco. Curiosamente, en una capilla dentro pudimos apreciar un cuadro de la Santa Cena, obra de un discípulo de El Greco.

Llegamos primero a la ermita de Santa Maria de Melque sobre la una y cuarto, por el caminito estrecho. Pero tuvimos tan mala suerte que cerraban los lunes y martes, pero mereció la pena la visita por fuera.
Se trata, según los últimos estudios realizados, que es una Iglesia visigótica. Es un monumento singular, es pequeño, y en los alrededores observamos unos agujeros en el suelo, que según la forma, se deberían de tratar de tumbas.

Por un camino de tierra, saliendo del de Melque, llegando a una placa, a pocos metros nos llevamos otra sorpresa o decepción: solo se podía visitar el castillo los sábados. Mala suerte tuvimos con los caprichosos horarios de algunos monumentos.

Ahora estamos en la sombra de una encina de la finca donde se encuentra el castillo comiendo nuestros bocadillos de jamón con nuestra lata de macedonia de frutas.

Son las 3 y media y enlazamos con Gálvez y Polan para nuestro próximo destino: Guadamur.

De Guadamur podemos decir que el Ayuntamiento, junto a el se halla un importante Palacio-fortaleza del siglo XV perfectamente restaurado. La población es de origen árabe, como su nombre indica.

Sobre las 5 menos cuarto aterrizamos sobre Toledo y dejamos el coche a la entrada, justamente al lado del puente de San Martín pudiendo dar un paseo y contemplar las aguas del río Tajo en una parte que hacia escalón. Nos hicimos unas fotos y después de tomar una coca-cola cada uno nos acercamos camino del centro. Elegí buscar una pensión a la entrada, pero cerca de la muralla: encontramos alojamiento en el hostal “Los Guerreros”. Resulto muy barata, y tenía buena comunicación. Dejamos las maletas en la habitación y nos dimos una vuelta. Vimos desde lejos unas escaleras mecánicas y
decidimos cogerlas: resulta que cuando volvimos de regreso vimos una placa a la salida que decía que se habìa inaugurado en el año 2000 por el rey D. Juan Carlos como vía de acceso a la zona céntrica.

Entrando ya en el entramado urbano visitamos primero el Museo de Sto. Domingo el Antiguo donde precisamente se encontraba la tumba de El Greco y a la de una dama portuguesa que contribuyo a la construcción de la capilla. Se trataba de un convento. Nos sirvió de guía para la visita una hermana de la India. Nos ofreció a la salida unos dulces que ellas mismas elaboraban.

Bajando una cuesta pudimos ver una casa con una placa donde decía que allí vivió Sta. Teresa de Jesús y escribió su primer libro. Al lado, se encontraba una estatua de Gracilaso de la Vega y all lado una Iglesia de los jesuitas. Me llamo mucho la atención la gran riqueza monumental en tan poco espacio. Vimos algunas tiendas souvenir y por ultimo paramos en la Plaza del Ayuntamiento, y la Catedral. Esta se encontraba en su puerta principal en restauración.

Sobre las 9 volvimos al hostal para comer y ducharnos, para sobre las 11 estirar un poco las piernas y poder percibir el ambiente nocturno toledano: en la Plaza de Cuba, unas chicas nos dieron invitaciones para un chiringuito que tenia las mesas iluminadas junto a una arboleda cerca del hostal.    

                     DIA 5  20 DE JULIO

Hoy nos hemos levantado media hora mas tarde. Desayunamos a las 10, en un bar de la misma avenida del hostal.


Después nos fuimos directamente a la Catedral. La obra actual fue comenzada en 1226 por orden del arzobispo Jiménez de Rada. Es de grandes dimensiones (unos 140m. de longitud). Consta de cinco naves. Estaba prácticamente de obras de reforma. De todas las
pequeñas capillas, las que destacaban eran la de san Ildefonso y Santiago. La capilla de san Juan no pudimos verla, que es donde se encontraba la custodia: estaba en fase de reforma también. En el cuerpo central de Campanas se halla la célebre "campana goda", conocida por sus dimensiones y peso: 17.744 kilos.

De allí, al Museo de El Greco, que fue levantado a principios del siglo XX: se inauguro en 1912. En su interior se encuentra gran parte de la obra del pintor. Destaco de el “las lagrimas de San Pedro” debido a haberle negado a Jesús tres veces. Hay otra obra muy conocida: “El Salvador”: es la figura de una Cristo bendiciendo con la mano derecha.

La obra grandiosa “el entierro del conde de Orgaz” se encontraba en un edificio aparte incomprensiblemente, en vez de haberlo agregado dentro de su propio museo, y aparte, cobrar una entrada mas.

De allí nos fuimos a un bar típico donde pedimos una ración de queso manchego en aceite con una cervecita.

Por el camino entramos por casualidad en el estudio particular de un pintor, con el que entablamos conversación sobre sus obras de arte: estaba pintando un retrato por encargo en ese preciso momento.

Sobre las 2 de la tarde comimos en un restaurante una sopa castellana con unas codornices a la toledana, muy ricas por cierto. Se trataban de codornices de campo.

De allí, a la sinagoga del Transito, que se trata de un museo sefardí, construido en 1366. Hay un gran salón con artesanado de madera, lapidas sepulcrales, objetos de culto, libros sagrados,…. Abría a las 4 y estuvimos esperando en el parque de al lado tomándonos un refrigerio. Fue una visita muy interesante haciendo un gran recorrido por la historia y cultura sefardí.

Para terminar de aprovechar la tarde hicimos una ultima parada en la Mezquita del Cristo de la Luz, que nos cogía mas cerca del hostal.

El edificio es de planta casi cuadrada de la época califal. Su estado de conservación era prácticamente integro. Según tengo noticias, se levanto en el año 999, obra del arquitecto Musa ibn Ali. En el siglo XII se le añadió una cabecera románico-mudéjar y decorada interiormente por frescos románicos.

Después de esta visita dimos una vuelta por la zona exterior de la muralla e hicimos unas fotos junto al parque de enfrente.

Regresamos al hostal sobre las 6 y media para ducharnos y descansar algo. Hoy ha sido un día también de reposo para mi coche, que lleva ya unos 600 kilómetros de recorrido, y eso que lo hemos dejado hoy estacionado.

Hoy, para mi entender, hemos visto lo más selecto de la capital y eso que no pudimos ver el Alcázar por permanecer cerrado por restauración. Según nos dijo el chico de la recepción del hostal, lo estaban acondicionando para hacer un museo militar.

Ya para mañana si Dios quiere, cogeremos rumbo a Maqueda.

¡Ah! dos curiosidades: en Toledo habìa algunos semáforos que te contaban con una señal luminosa los segundos que te faltaban para pasar al otro lado de la calle.

Y otra nota, es que desde que entramos en Ciudad Real y Toledo, es costumbre que cuando pides en un bar una bebida te ponen un aperitivo. A los pepitos o bocaditos de cualquier cosa le llaman “pulgas”.

                   DIA 6  21 DE JULIO

Cogimos sobre las 10 ruta hasta Maqueda, primer pueblo a visitar. En el camino, nos desviamos a dos kilómetros para entrar en Barcience, cuyo castillo visitamos divisándose desde varios kilómetros desde la carretera, alojado en un montículo presidiendo la

villa. Para poder observarlo de cerca tuvimos que dejar el coche al principio de la cuesta de tierra, al lado del cementerio. Subiendo por esta sorprendimos a un conejo o liebre dando saltos al notar nuestra presencia. Antes de subir, desde lejos, y con el zoom de la videocámara también vimos atravesar una perdiz, al suponer, con sus crías. Desde luego, tenía que ser una buena zona de coto.

Entramos en Maqueda para ver el castillo, pero con tan mala suerte que estaba en pleno proceso TAMBIEN de restauración. Un obrero, de estos que desvían la circulación, nos dijo que podíamos dar un paseo y ver los alrededores.
De los albañiles que estaban trabajando dentro nos dijo un señor que aquello iba a ser destinado para archivos y la Guardia Civil, pero una parte también iba a ser visitable para el turista. La restauración iba para largo: unos dos años. Resulta que en invierno tenían que para la obra, ya que los camiones no podían entrar por el barro.


Ahora, cuando son las 12 nos encaminamos dirección a Oropesa, cogiendo por Talavera de la Reina.

Llegamos sobre la una menos cuarto y el castillo no lo cerraban hasta las dos. Fue una visita muy curiosa. El castillo tuvo escenas de luchas mantenidas por la sucesión. Padeció varias guerras, entre ellas la de la Independencia. El castillo viejo fue construido por los árabes entre los siglos XII y XIII. Su planta es rectangular y tiene cuatro torreones circulares.
Son interesantes la muralla y las torres, especialmente la del nordeste, de forma cuadrada y maciza en la parte baja.Se utilizó la piedra para su construcción. Se encuentra restaurado y actualmente alberga un Parador Nacional.

La historia que da nombre al castillo es muy curiosa: Resulta que el virrey Francisco de Toledo conoció a una princesa. Un caudillo musulmán la secuestra y pidió un rescate por ella. Quería por ella en oro lo que ella pesaba. Por eso, en el escudo, en memoria del suceso, aparece una mujer que esta sujetando un peso. De ahí el nombre de ORO-PESA.

Son las 3 y veinte de la tarde y reflejo estas lìneas mientras que los colegas reposan un poco la comida en el banco de un parque en los alrededores del castillo. Por cierto, entrando en el supermercado estaban cerrando y el dueño nos hizo el favor de atendernos vendiéndonos una cerveza, una botella de agua y tres tomates para picarlos con orégano y atún.

Sobre las 4 y media llegando a Arenas de S. Pedro, me acorde de las cuevas de la Gruta del Cerro del Águila, y cuando vi el letrero de Rama Castañas, me desvié y nos dirigimos al lugar para ver si nos daba tiempo visitarla. Al final llegamos un cuarto de hora antes del inicio del próximo pase de visita. El recorrido duro una media hora notándose gran humedad del 85 o 90% y una temperatura constante media de 20 grados.
Por lo visto, según el guía, la cueva se descubrió de casualidad: unos muchachos se adentraron por una oquedad en la tierra y permanecieron unas cinco horas más o menos hasta que encontraron la salida.

En el exterior habìa una amplia explanada para aparcamiento, un merendero, un bar, restaurante y tiendas.

En la localidad de Arenas de San Pedro entramos sobre las 6 y media. Nos paramos en el primer hostal que vimos, a la aventura y nos pareciò el precio tan económico que nos quedamos. Le preguntamos a la señora por el castillo y nos dijo que estaba cerca, calle abajo. Dejamos todavía las maletas en el coche e iniciamos una primera toma de contacto con la localidad.
En la Oficina de Turismo, la verdad, es que no nos dieron muchas explicaciones. Recogimos unos folletos de monumentos sin horarios y una fotocopia de mala calidad del plano de la capital. También nos dieron otros de las zonas de baño. Recordé el sitio que vi por internet del Charco Pelayos. Lo mirare después en el hostal. La misma empleada de la oficina, que resultaba ser un kiosco, nos recomendò un restaurante donde podíamos comer ternera de Ávila muy económico. Se encontró enfrente de un puente romano de un ojo a la salida.

Haciendo un recorrido por las calles, observamos que algunas con-
servaban nombres de la anterior legislación: Plaza del Generalísimo, Primo de Rivera,… concretamente, en la pared izquierda de la Iglesia Asunción habìa un rotulo con el nombre de Primo de Rivera y debajo un montón de nombres, algunos borrados o medio borrados debido al paso del tiempo. Allí en aquella plaza compramos unos dulces caseros para probarlos: unos de cabello de ángel y otros de roscos.

De allí, al hostal a refrescarnos un poco de la caminata del dia, que ha sido bastante completa: Barcience, Oropesa, Maqueda y el castillo de D. Álvaro de Luna que según la señora de la Oficina no se podía visitar.

Mientras nos relajamos un poco antes de dar una vuelta para cenar, voy a ojear los folletos para estar un poco mas documentado de los sitios a visitar mañana.

Por la noche cenamos en el restaurante “El Rocío”, que por lo visto nos pusieron un entrecot de ternera a cada uno bastante gigante, con su guarnición y todo. Estaba buenísimo, y nos dimos un buen atracón de comer con su ración de queso manchego también para acompañar.

Nos recogimos pronto, sobre todo yo que tenía el cuerpo "molido".

¡Ah! por la noche camino del restaurante nos detuvimos en un estudio de pintura y un muchacho que allí estaba de vigilante nos indico que la señorita que se encontraba en la Oficina de Turismo de mas abajo nos iba a atender mejor.

                    DIA 7  22 DE JULIO


Nos acabamos de levantar a las 9 de la mañana. Entra un poco de fresquito en la ventana de la habitación. Se presagia a partir de hoy, según nos dijeron, una ola de calor. Tenemos pensamiento de ir a desayunar a la plaza donde compramos los pasteles y donde estaba también una churrería.

Nos informo la chica de turismo y fuimos primero al Monasterio de San Pedro de Alcántara: eran las 11 y media y cerraban a las 12. Había que darse prisa. Llamamos a la puerta y salio un monje que nos dijo que estaba con un grupo e iban a cerrar ya. Si queríamos entrar, a las 4 abrían otra vez. Mala suerte.
Camino del monumento se apreciaba un paraje de gran belleza, sombrío, lleno de àrboles, donde en algunos sitios parece que no llega a dar nunca el sol.

Me cabree con el horario de este monumento y cogimos dirección Guisando donde me habìa aconsejado el muchacho del museo de ayer.

Llegamos al pueblo a las 12 y cuarto, dejamos el coche en la Plaza y fuimos a una tienda para comprar el pan y alguna lata màs para el almuerzo. A la salida, vi un puente y me pare para observarlo, con la sorpresa de que vi gente bañándose. Nos acercamos y era una piscina natural con el agua verdosa cristalina. Aquí decidimos parar y comer, ya que habìa un buen merendero con mesas de piedra. Me di un viaje a llenar la cantimplora de agua de una de las fuentes que vi al salir con el coche del pueblo.

Ah!, se me olvido contar la historia del castillo de Arenas de San Pedro: tras morir el condestable Dávalos, el castillo paso a pertenecer a Dña. Juana Pimentel. Se caso con D. Álvaro de Luna, quien después de prestar servicios a la corte, fue ejecutado por orden de Juan II. Su dolida esposa se retiro a este castillo para llorar de por vida la muerte de su amado. Por eso la fortaleza se le conoce como “Castillo de la triste Condesa”.

Ahora mismo acabamos de comer cuando son las 3 y media. La mayor parte de las aguas, como en las que nos hemos bañado, proceden de la Cordillera Central, y concretamente del río Tietar. En estos hay truchas, blas-blas, barbos y otros peces. Aparte del mirlo acuático.

Respira en estos instantes un airecito fresco y hay un grupo de chicos que prepara una barbacoa. Este paisaje dominado por pinos, chopos y demás vegetación es una delicia.

Subimos más arriba al rato por carretera a unos 2 kilómetros y fuimos a parar a otra piscina natural.

Eran las 4 menos cuarto cuando se me ocurrió que por qué no íbamos a visitar el Monasterio que no pudimos esta mañana por falta de tiempo. Nos fuimos sobre las 5 y el monje nos atendió gustosamente, ya que se percato que éramos los mismos de esta mañana. La primera parada de la visita fue a la capilla, cuya cúpula, que era una obra de arte, fue de autor italiano. A ambos extremos me llamo poderosamente la atención dos urnas funerarias: se trataban de dos mártires en estado de momificación. El retablo estaba hecho de mármol, en relieve, y era de Granada. En otras salas, pertenencias y lugares relacionados con el santo, o sea, San Pedro de Alcántara.

Entre una sala y otra de exposición habìa una replica de la celda original donde dormía y moraba. Era de considerables medidas reducidas: al entrar, te tenías que agachar mucho. Tenía una piedra donde se sentaba y un trozo de tronco que partía de la pared donde reclinaba su cabeza. Así se pasó unos cuarenta años. Fue una manera de penitencia. Santa Teresa de Jesús le admiraba mucho ella también decía que su delgadez muscular se asemejaba a la de las raíces de un árbol. Quiso morir sentado.

También se conservaba el cinturón de su túnica y parte de su hábito plasmado en un cristal.

Destacaban en una sala las tres vírgenes, obras de Rafael. Y una también, obra de un discípulo de Murillo.

Y de allí, volvimos al pueblo de Arenas y tomamos dirección a Mombeltran, y como nos pasa últimamente, el castillo es privado y el encargado que nos lo podía abrir no se encontraba en el pueblo. Esa información nos la proporciono un abuelo que se encontraba en un parque al lado del citado castillo.
Con la consiguiente decepción, tiramos rumbo a Mironcillo, pero viendo que se nos iba a echar la noche encima, decidimos encajarnos en Ávila capital y establecernos ya, para así mañana iniciar su visita.

En el camino paramos en un mirador donde decía que vendían fresas. Estuvimos allí unos diez minutos: compramos también higos pasados. Muy buenas las dos cosas, por cierto.

Durante el camino hacia Ávila topamos con un montón de curvas y desniveles en carretera. Se hizo la verdad un poco pesado.
Llegamos sobre las 8 de la tarde y nos detuvimos en un mirador que habìa justamente a la entrada de la capital y pudimos deleitarnos con la singular imagen de la famosa muralla. Nos alojamos en un hostal al lado de la estación de ferrocarril, muy barato. De allí, teníamos el centro a unos quince minutos.

Mientras que la mujer nos preparaba la habitación, tomamos un refresco en la misma estación.

                    DIA 8  23 DE JULIO


Nos levantamos temprano y nos tomamos de desayuno unas barras de tomate y aceite, que hace tiempo que no probaba.


Nuestro primer punto de visita, para organizarnos bien el recorrido, fue la Catedral, en cuyo interior se alojaba una gran exposición de obras de arte recopiladas de toda Castilla-León. El año pasado, curiosamente, la vi en Segovia.

Duro unas dos horas y cuarto la visita por lo menos. Allí se encontraban algunas obras de San Pedro de Alcántara, como nos dijo ayer el monje del Monasterio.

Se me olvido comentar ayer, que habìa un monje que le llamaban el Tostado. Yo pregunte el motivo y me dijeron que porque se iba a poner moreno de tanto escribir.
Hablando un poco de la Muralla, antes de hablar de la Catedral, hay que decir que constituyen sin lugar a dudas, el mayor encanto de la ciudad. Es sorprendente que una obra de siglos se haya conservado integra. Se empezó a construir en el siglo XI. El recinto amurallado, según datos, mide 2.516 metros y tiene cerca de 2.500 almenas, y 88 torreones. Consta de nueve puertas.

Anoche, dando un paseo por la capital, llegamos a la Plaza de Santa Teresa, hermosa donde las haya. Antiguamente se celebraban en ella torneos, se ajusticiaban reos…


Ahora es la plaza más bulliciosa de Ávila, de hablar con los amigos, de tomar el sol cuando hace buen tiempo..... Hay un monumento de Santa Teresa en un extremo de esta.


Sobre las 10 y media entramos en la Catedral y contemplamos la citada exposición. Esta rodeada de casas señoriales y escoltada por los leones que estàn colocados en unas pilastras. Según algunos autores, Alvar García comenzó a construirla sobre el 1.091 d.C. sobre los restos de la antigua iglesia de San Salvador.

De allí, como eran las 12 y media y todavía nos sobraba tiempo, visitamos la Basílica de San Vicente que la tenìamos mas cerca y no cerraba hasta la una y media.

Me sorprendió sobremanera esta joya del románico. Ya la habìa
visto en foto por internet, pero cuando la vi realmente, todavía me quede mas sorprendido, y mas, dentro. Con la entrada nos dieron un plano plastificado para guiarnos por dentro. Al entrar, pudimos observar un grupo de gente, que por sus vestimentas debieran de ser judíos o algo parecido. Al bajar allí mismo a una cripta, estaba todo el grupo con un silencio sepulcral que llamaba la atención.

Según la historia de la Basílica, esta dedicada a tres mártires. Tres hermanos que fueron martirizados en este lugar. Un judío después intento profanar sus cuerpos y fue atacado por una serpiente que los estaba velando. El judío se convirtió al cristianismo y como era rico levanto allí el templo en honor a estos niños mártires.

Arquitectónicamente es la Basílica románica, aunque ofrece elementos que apuntan al gótico.

En estos momentos, son cerca de las cuatro y estamos cerca del Monasterio Palacio de Santo Tomas sentados en el banco de un parque reposando el filete de ternera y la sopa castellana que llevamos en el cuerpo de hace un rato.

Hace un dia nublado y con algo de bochorno.

Con respecto al palacio, o monasterio, no me lleve buen sabor de boca arreglado al precio que nos cobraron a cada uno: la iglesia donde se veía el sepulcro de un hijo del rey el claustro.

Con respecto al claustro, era un lugar amplio y luminoso y estaba al servicio de los reyes. Carecía casi de ornamentación. En su parte norte estàn lo que eran las habitaciones o Palacio de verano de los reyes. En fin, eso y poco más: estaba todo prácticamente en restauración y escombros por todas partes.

Mas tarde visitamos la Iglesia de Santa Teresa, donde tenían una capilla instalada justo donde la santa nació. Después de la Iglesia accedimos al museo, ambientado musicalmente y decorado al estilo catacumba, con sus arcos: todo muy bien decorado con cuadros, libros de ella, manuscritos y obras de arte contemplan este lugar.

Al salir nos compramos unos dulces de hojaldre muy buenos llamados “corazones de santa Teresa”. Y al lado, entramos en el mercado municipal y compramos unos tomates, atún y unas cuantas lonchas de jamón para bocadillo.

Nos sentamos en un banco de la Plaza del Ayuntamiento y aproveche para recorrer alguna tienda souvenir y comprar algo para recuerdo: me lleve una bola de esas que se mueve y echa nieve, con la imagen de la santa y la muralla debajo.
Por la noche, después de cenar, me quede en la habitación del hostal para descansar y los dos colegas se fueron a dar una vuelta. Aproveche y refleje estas líneas.

Mañana esta proyectado que vayamos a Arévalo, ya que hemos visitado lo que se considera selecto de Ávila. Hoy ha hecho calor bastante. Desde Sevilla me dijeron que habìa bochorno.

                   DIA 9  24 DE JULIO


Nos encaminamos rumbo a Arévalo sobre las 10 y media cogiendo la N-430 dirección a Valladolid. Llegamos primero al castillo y preguntamos en los alrededores y como
suponíamos en anteriores ocasiones, estaba cerrado al turista. O sea, otra indignación más. Por la pagina de internet de que disponía (actualizada en el 2004) se alojaba un museo de cereales. Nos encontramos en los alrededores un abuelo de 75 años que se encargaba de regar el césped de los alrededores del castillo.
Se quejaba de que le habìan roto una pieza del riego de aspersión y tenia en la mano la nueva para reponerla. Según el, el museo de cereales que albergaba el castillo antes, se habìa trasladado al pueblo cerca del Ayuntamiento. Nos quedamos bastante tiempo de charla hablando de la dejadez del Ministerio de Cultura o del de Agricultura, que es al que pertenecía el monumento en cuestión.

En ese momento llego un señor a visitarlo, argumentando que habìa venido en otra ocasión a visitarlo y estaba también cerrado. También compartió nuestra queja e iba a poner una reclamación.

De allí, nos fuimos a una exposición en la Casa del Concejo: se trataba de V Centenario de Isabel la Católica en Arévalo. En esta exposición se quiso mostrar la estrecha relación que la reina tuvo con la villa. En el periodo que ella estuvo aquí convivieron judíos, moros y cristianos, de ahí la clara influencia en sus monumentos. Se construyeron también en este periodo las Casas Reales: hubo un Palacio que se construyo y para más desfachatez, ordenaron derribarlo para construir un piso que ahora ocupa dicho solar.

Esa información nos la proporciono la azafata de la exposición.

Allì, hablando un poco del castillo, nos trae la historia desgraciada de Blanca de Borbón. Contrae matrimonio con Pedro I el Cruel. Tres días después de su boda es abandonada por el rey para reunirse con su amante, Maria de Padilla. La reina no volvería a ver en vida a su esposo.

Pedro I es asesinado por su hermanastro mas tarde. Ah! doña Maria de Borbón antes fue asesinada por un ballestero a los 25 años de edad, según instrucciones de su marido. De ahí la venganza posterior.
Después de haber visitado la exposición, nos fuimos a la Oficina de Turismo que estaba justamente al lado. Nos indicaban que a las 5 de la tarde habìa una visita guiada por la villa. Era la una y media de la tarde y encargamos para las dos el clásico cochinito que queríamos probar típico de la tierra en el “bar Pavero”.

Si nos da tiempo antes de las 5, veremos la ermita de La Lugareja que esta a dos kilómetros de Arévalo, una clara muestra de arte románico.

Una vez comido el cochinito accedimos a ella. Tuvimos que coger el coche porque estaba en las afueras, saliendo por la carretera de Navas de Arévalo.

Es sin duda el monumento mas destacado del románico-mudéjar.

Hacia mucho calor con algo de aire, pero mereció la pena. Nos hicimos unas fotos.

Volvimos a la Plaza Mayor donde estaba la Oficina de Turismo esperando la visita de las 5 de la tarde que nos guiaría por Arévalo, pero tendría que haber un grupo mínimo de 8 personas. Esperamos tener suerte. Estuvimos hasta un cuarto de hora más de la hora prevista y de las cinco restantes que tenían que venir según la chica de la Oficina de Turismo, no se presentaron.

Mientras, las saludamos y nos estuvieron contando el tema del castillo y los demás de la comunidad autónoma en general. Por cierto, tenía una amiga de aquí de Arévalo, que era una de las dueñas del restaurante Río Grande de Sevilla.

En fin, cogimos por nuestra cuenta, y con el plano en la mano visitamos la Plaza de la Villa, típicamente medieval con sus soportales de madera y sus casas típicas. La mayoría de estas estaban rodeadas por una verja como proceso de restauración ya que se observaba claramente que la necesitaban ante el inminente derrumbe. Para colmo, una de las dos torres también en
restauración, llena de andamios (Las gemelas) y un tablao para una actuación de teatro por la noche. O sea, muy poca visión para hacer una buena toma con mi videocámara.

Sobre las 6 menos algo decidimos que ya habíamos visto lo mas selecto de Arévalo, y cogiendo la C-406 nos encaminamos hacia Segovia capital, para estarnos todo el domingo allí.

Ahora cuando reflejo estas lìneas son las 6 y media y diviso una extensa llanura llena de trigo recolectado en alpacas, y con alguna que otra cigüeña posada en los postes de la luz, mientras mi amigo Manolo lleva las manos del volante.

Al entrar en Segovia, como el año pasado, dimos un montón de vueltas por la zona céntrica, como el año pasado. Paramos justamente en la misma pensión, pero con la diferencia de que estas si la tenían los w.c. dentro de la habitación.

Ahora nos ducharemos y daremos una vuelta por el acueducto, ya que se esta levantando un fresquito delicioso. He aquí una postal en sepia que adquirí del monumento en cuestión.
Dimos un paseo por la calle ancha que hay enfrente de este y después a la Plaza Mayor donde estaba la Catedral, que por lo visto esta cerca de la pensión donde nos alojamos.

Después de dar vueltas y vueltas buscando un bar estudiantil donde recuerdo que el año pasado comí morcilla con arroz, nos adentramos en un buen restaurante donde precisamente el Rey y hace poco doña Leticia y el príncipe comieron. De hecho, había una foto de Su Majestad estrechando la mano al cocinero.

Comimos de primer plato, gazpacho y después el camarero se pasaba con una bandeja para servirnos lo que quisiéramos: pepinos, pan, cebolla… De segundo, un revuelto de la casa con espárragos, morcilla… Los postres nos lo comimos en una heladería pero en tarrinas de helado. Nos dijo la que nos despacho que no habìa una heladería en condiciones de copas y demás por allí. Después mas adelante pudimos observar un bar que ponía copas con nata y bolas.

Regresamos a la pensión sobre las 2 de la mañana. Ah! en cuanto a la habitación, pues hay un poco de todo: el lavabo estaba totalmente pegado a la mampara de baño, el w.c. esta alojado en un habitáculo que me recordaba la celda de San Pedro de Alcántara donde hacia su penitencia, y el suelo de la habitación sonaba con el paso. En cuanto a la limpieza del ventanal del baño…. fatal: hice una colada de uno de mis calcetines t menos mal que antes de tenderlo allí pase el dedo.

                  DIA 10  25 DE JULIO


Nos levantamos con el ruido que formaron unos inquilinos de la pensión que parecían potros salvajes.


Nos fuimos a desayunar cerca de la Oficina de Turismo e hicimos tiempo hasta que abrían a las 10. Hicimos tiempo hasta que abrían a las 10. Ya de entrada disponíamos de un folleto de los horarios de los monumentos que nos trajo la chica de Arévalo.

Nuestra primera parada, en la Catedral, de estilo gótico. Me pareciò que estaba como vacía, ya que el año pasado estuvo llena con el museo de “la edad del Hombre”. A la salida se estaba celebrándose una eucaristía en la capilla Central y por ambas partes estuvo la entrada y salida acordonada. Me enfade con la señora que estaba en la entrada porque tenía que saltarme la cuerda para salir a la fuerza. Esa cuerda no estaba puesta cuando entramos.

De allí, calle abajo visitamos el Alcázar. Primero lo recorrimos por libre, y después, casi al final, con guía. Lo más trabajoso era subir a la Torre del Homenaje que costaba un euro más.
Después de subirla, por una escalera estrechísima, en vez de haberlo pagado, nos lo tenían que haber devuelto, por lo trabajoso del recorrido. Desde arriba, se veía una magnifica vista de toda la capital segoviana. Dentro del Alcázar, destacar también el Museo Naval y una habitación que mostraba las armas que se utilizaron en aquella época como por ejemplo, cañones como se muestra en la imagen, espadas, catapultas, etc.…

A la salida, subimos otra vez por la cuesta que conducía a la Catedral y nos tomamos dos jarras de cerveza en un bar con un pincho de morcilla con arroz, para probarla. A la hora del almuerza, nos dirigimos al mismo bar de anoche, pero en la parte de afuera. Nos pusieron una ensalada de primer plato con unos calabacines, con pimiento morrón, anchoas, y queso fundido decorado con hojas de berro. Para picar bien, una ración en una cazuela de barro de morcilla, chorizo y lomo surtido. De postre, unas natillas conventuales, como dulce tentación.

Ya desde hace rato tenia ya el “punto cogido”: entre las dos cervezas, el chupito de vino tinto y el detalle del camarero poniéndonos otro chupito de licor, estaba la verdad que bastante alegre. Mi amigo Manolo ya tenía la cara roja: el habìa bebido ya mucho vino y se le reflejaba el color de la camisa que llevaba puesta.

Reflejando estas lìneas siento como si estuviera un poco en otra galaxia, pero a la vez inspirado. Llevo casi tres hojas escribiendo sin parar. Mientras, el camarero, como sabia que éramos de Sevilla, nos contó que salía en una cofradía de la Macarena en Madrid. Refirió que también existía un Gran Poder y que salía en la misma procesión que la Virgen. La verdad es que tenía más simpatía que los camareros que nos sirvieron anoche, que parecían que estaban en un velatorio. Mis dos amigos pidieron tarta al whisky y trajo el camarero una jarrita con la bebida en cuestión, la flameó y la roció por la tarta.

Ahora, cuando son las 3 y media de la tarde, espero que el licor que me estoy tomando por recomendación del camarero, me sirva para hacer una buena digestión, como el decía.

Estamos haciendo tiempo, para sobre las 4 ir a la casa-museo de Antonio Machado.

Llegamos allí sobre las 4 y diez y con la sorpresa de que habìan puesto horario de verano y no abrían hasta y media. Nos atendió una chica jovencita y nos fue pasando por casi todas las habitaciones de la pensión donde se alojo el poeta: destacaba el lavabo clásico, la cocina típica con todos sus cacharros, su
biblioteca particular, su estufa de gas que al final se la dio a la propietaria, manuscritos, recortes de periódico de un diario de Segovia de su estancia allí. Se veía una foto también de la dueña, que estaba rodeada de personalidades de la época, con la misma edad que el.

Destacaba también fotos de su primera esposa, que murió tres años después victima de tuberculosis. También se expusieron fotos de doña Guiomar, una mujer casada con la que hipotéticamente mantuvo un romance.

Se encontraban dos habitaciones que no pudimos ver porque estaban en fase de restauración. Desde alguna se podían contemplar grandes vistas. Al final de la visita estampamos nuestra frase en una hoja con nuestras respectivas firmas como recuerdo de nuestra presencia en el museo. Según la guía, estas, junto con las restantes, se encuadernaran en unos libros para que queden plasmadas en el tiempo. Si vengo algún dia una vez con alguien, quizás pueda acceder a ellas para recordar.

Accedimos a continuación calle abajo y pudimos distinguir la gran torre bizantina de la Iglesia de San Esteban, que junto con la torre de la Catedral, son las que presiden desde lejos la ciudad de Segovia.

Estuvimos pensando donde íbamos a ir, ya que las fuentes de la Granja habìan abierto y hoy domingo iba a ver mucha gente. Divisamos desde el mirador del Alcázar el Convento de las Descalzas y la Iglesia de la Veracruz, pero caía muy lejos para ir

andando, y mas con esta calor que estaba haciendo. Así que se me ocurrió el Monasterio del Parral, que cogía mas cerca, aunque habìa que andar un poco, la verdad.

Fuimos cuesta abajo por un camino empedrado, pero de vez en cuando, se abría una vereda con escaleras para acortar carretera. Realmente nos adentramos en el paraje del río Eresma, muy sombrío, y por lo menos se hacia el recorrido mas confortable. Fuimos a parar a un caño de agua y nos refrescamos un poco del camino. Después accedimos por una cuesta para entrar en el citado Monasterio. Era un paraje bastante hermoso del río sobre el puente, incluso habìa una senda bordeándolo y una explanada de césped con gente invitada al baño.
Entramos primero en la capilla y había ya una chica joven explicando a una familia. Después accedimos al convento en si, pero la zona visitable, no la de clausura. Es jerónimo. Se trata de un complejo de edificaciones distri-
buidas en torno a varios claustros góticos, mudéjares y platerescos.

En la actualidad dispone en las dependencias monásticas de una hospedería para hombres. O sea, que si quiere uno probar un tiempo la vida monástica, puede hacerlo. Según nos explicaron, los monjes (que por cierto vimos uno pasar delante nuestra con su túnica marrón), trabajan en un huerto propio, hacen trabajos de restauración de cosas de iglesia, como por ejemplo un banco, reliquias,... y sus rezos a sus horas.
Al principio entramos en un estanque con peces desde donde se divisaba bien el Alcázar. Allì en el interior brotaba agua de un caño donde aprovechamos y bebimos para saciar nuestra sed de la anterior caminata.

Al salir de allí volvimos al puente y nos paramos en el chorro que partía de la bajada del sendero. Allì bebimos algo y nos dijeron después que el agua no era potable. En fin, de momento, cuando reflejo estas lìneas no encuentro ningún síntoma raro.

Estando sentado sobre la hierba y reflejando algunas lìneas de este cuadernillo se paro la chica que nos habìa enseñado el monasterio y mi amigo Manuel se puso a hablar con ella: traía su coche y nos monto hasta el acueducto. Fue un gran detalle por su parte. Nos ahorramos bastante camino de vuelta, y encima cuesta arriba.

Nos dejo al lado del acueducto, y recorriendo unos metros el coche de ella me di cuenta que el macuto de la videocámara me lo habìa dejado dentro: pegue dos voces y me oyó, dio la vuelta a la rotonda y pude cogerlo. ¡Menuda faena si me quedo sin cámara de video y sin las dos cámaras de fotos que llevaba dentro!

De allí, entramos en la pensión directamente para descansar algo, ducharnos y a la vez que estoy tendido en la cama puedo reflejar estas lìneas, mientras que mi compañero de habitación se ha quedado dormido en su cama y roncando algo.

                 DIA 11  26 DE JULIO


Por la mañana, después de levantarnos nos fuimos a una calle que habìa detrás del hostal y pagamos las dos noches de alojamiento: nos supo a mal ya que la habitación dejaba mucho que desear. Aparte, nos cobro más caro del precio de lo que nos dijo en un principio la mujer que nos atendió. Desayunamos allí unos cafés después de los dulces que compramos ayer.


Dejamos las maletas en el acueducto con nuestro amigo y fui a recoger el coche que estaba aparcado en la calle de arriba. Siguiendo dirección Soria nos dirigimos a Pedraza.

Al entrar con el coche en el pueblo, me entro la sensación de transportarme al pasado. Era una villa típicamente medieval, más que Arévalo. Entre por una puerta o arco, que resulta que era la misma puerta por la que salí. Era el único sitio de acceso a la población.
El primer punto de visita obligado fue el castillo, pero como nos pasa siempre, me temía que los horarios no iban a acompañarme. Efectivamente fue así: abrían de miércoles a domingo y la visita era en grupos. Un horario un tanto raro, como el de otros castillos. En fin, nos contentamos con hacernos algunas fotos. Al lado, detrás podíamos observar un paisaje sombrío lleno de chopos que nos hacia presagiar que circulaba por allí el río Duratón.

En cuanto al castillo, es uno de los más antiguos de Europa. En él han dejado sus huellas los romanos, los visigodos y los árabes. En nuestros días la propiedad esta en manos de los Zuloaga, que ya podrían facilitar mas la visita al turista, que es patrimonio histórico. Es lamentable que algunos dueños de castillos no compartan su patrimonio con el ciudadano y facilitar mejores horarios para la visita.

Es curioso saber que a lo mejor en esta villa naciera el emperador Trajano.
Es una de las pocas poblaciones completamente amuralladas de España.

Visitamos la típica Plaza Mayor, fortificada y bella. En esta se alza la torre románica de la Iglesia de San Juan (siglos XVII y XVIII) que tampoco pudimos ver por dentro. Pusieron curiosamente ambiente musical por dentro, pero de abrir al turista nada.

En esta plaza se celebran el 9 de septiembre corridas y el encierro de toros.

Al almorzar nos tomamos unas raciones de croquetas caseras de jamón y queso curado en aceite en la Plaza de marra, ya que tiendas de alimentación no habìa ninguna para hacerse un bocadillo: solo panaderías. No sé donde hace aquí la gente las compras. Allì mismo en la plaza, a esta misma hora de almuerzo abrieron una cantina que tenía la decoración típicamente de tasca medieval, con sus fotos, cuadros, lámparas de época, veladores, el suelo… todo típico.

Sobre las 12 visitamos la cárcel, que la vimos con guía. Estaba casi totalmente ambientada según la época: conservaba los techos, algunos suelos de algunas habitaciones, la madera que separaba las mazmorras, a diferencia de los clásicos barrotes de las cárceles normales; eran habitáculos pequeñísimos de un metro y medio cuadrado, y llegaron a meterse hasta 15 personas. En el suelo hacían sus necesidades y se tapaba con paja. En algunas celdas estaban los clásicos y curiosos urinarios: unos agujeros para orinar y la caída era libre, a la calle. En la clásica mazmorra o celda de castigo, oscura como en aquellos tiempos, pero algo iluminada para la visita, era un zulo de poco espacio. Nos dijo la guía que empujaban al preso para que se lesionara algo al hoyo y así disminuir las posibilidades de fuga. No permitían a dos personas, sino se podía subir uno encima de otro y escapar: estaba todo estudiado. En otra habitación, los clásicos grilletes y uno para el cuello que llevaba aneja una puntilla para clavarla en la pared. Se conservaban incluso las señales de los agujeros. También se encontraban dibujos de cruces, que habìa bastantes. Lo que me dejo sorprendido fue la celda mas baja del edificio: estaba llena de paja y la moraban los presos ya con algo más de castigo. Allì no habìa urinario y hacían sus necesidades en el suelo. Del techo salían algunos agujeros que no eran nada que los bajantes de las orinas de arriba. Algunos llegaron a morir y ni siquiera los recogían debido a la poca ventilación con el CO2 que desprendían las heces y la orina. Cuando se abrió el edificio para restaurarlo y que sirviera de lugar de visita tuvieron que abrir un boquete desde el exterior para poder limpiarlo y encontraron cadáveres también.

Dentro estaba la curiosa habitación del carcelero con dos reales de sueldo, con chimenea y todo y la madera del techo con hollín de haberse puesto la candela. Los presos pasaban frío. Cuando habìa una sentencia de muerte, nadie se hacía cargo de ser verdugo, y venían a ejecutarlos de Segovia.
Sobre las 3 y pico cogimos carretera y paramos en Sepúlveda: pueblo antiguo también típico. La Oficina de Turismo no abría hasta las 4, así que para hacer tiempo nos tomamos un refrigerio en la plaza.

Tenía intenciones de informarme de la ruta de las Hoces de Duratón, para mañana, aparte de la que ya dispongo por internet.

Cuando entramos, la señorita de la Oficina estaba dando una explicación a unas parejas que curiosamente, uno era de Córdoba y el otro de Sevilla. La mujer se porto magníficamente con nosotros: nos recomendò visitar primero la Iglesia de Santiago, pero por un camino que hacia sombra, que aunque fuéramos sevillanos y estuviéramos acostumbrados a el calor, la verdad es que se agradecía.

Allì, en la Iglesia, que estaba cerrada, se encontraba el Centro de Interpretación y nos explicaron la ruta de las Hoces del río Duratón para hacerla al dia siguiente. Nos cogieron el número de carné y los nombres para hacernos un permiso y control. Resulta que era la época de cría de algunas aves y hacia falta tener un control de los visitantes. De allí, accedimos al museo y a la cripta. Es un templo románico de una sola nave por un estrecho pasillo. Las sepulturas son de mitad del siglo X.

Camino del santuario de Nuestra Sra. De la Peña o Virgen de la Peña nos metimos en un hostal de la calle del conde de Sepúlveda.
Nos gusto el precio y la habitación e hicimos la reserva. La mujer se enrollo con nosotros hablando también de la política acerca de la visita de algunos castillos.

Este santuario románico, precioso por cierto, destaca en el conjunto la portada que da acceso a la nave a través del muro sur. En el interior de la Iglesia destaca el retablo barroco del XVIII, con la Virgen en la hornacina central.

A la salida nos acercamos a un mirador para contemplar más de cerca las Hoces y vimos un cartel indicándonos una cueva donde se presume que se apareció la virgen. Era un camino con escaleras empinado, algo peligroso. Desde allí pudimos contemplar los vuelos de una manada de buitres leonados, algo más cerca de lo común.

Volvimos al pueblo y nos prepararon unos bocadillos en una tienda (por fin hay tienda) y nos fuimos al río Duratón a tantear un poco el
terreno para la ruta de mañana y aprovechar allí, y al lado de una bajada de agua del río, comérnoslos. En este preciso instante aprovecho y reflejo estas lìneas. Se nos acaba de acercar a pocos metros una especie de pájaro que no se de quien se trata. Voy a aprovechar y meteré los pies en el agua para relajarme del camino.

Por la noche dimos una estaradita de pierna por el pueblo y nos metimos a jugar una partida de futbolín en un sitio que se llama “la violeta”, único lugar esa noche de ambiente.

Según la señora del hostal, a la que nos encontramos por la noche, en invierno es un poco desolador: la gente se mete en las casas con tal de no salir por el frío.

                     DIA 12  27 DE JULIO


 Este dia lo dedicamos a la ruta por la naturaleza. Nos aconsejo el marido de la señora del hostal que cogièramos el camino que empezaba por la Puerta del la Fuerza, así aprovecharíamos y veríamos mejor las Hoces.


Las Hoces son un extenso y hermoso parque que atraviesa y forma el río Duratón, con fantásticos acantilados que aprovechan los buitres para desarrollar su vida. El parque es reserva natural, por
eso tuvimos que sacarnos un permiso. La zona más interesante es la ermita de San Frutos, desde donde se pueden contemplar buena parte de las Hoces que forma el río durante su recorrido. Hay zonas restringidas y hay que cuidarlo y respetarlo, para eso hay unos señores encargados de su protección. Una chica responsable del parque nos la encontramos en un puente y nos aconsejo una ruta para la vuelta. Al final, nos perdimos un poco pero dimos con el sitio guiándonos por instinto y por el curso del río, subiendo una tremenda cuesta de calor a las 3 de la tarde, con las figuras de los buitres hondeando el horizonte. Pude grabare una pareja de ellos al final.

La prisa era que queríamos llegar después a un sitio de baño que se encuentra en estos lugares llamado Fuente de la Salud, a la cual
accedimos preguntando dos o tres veces, ya que estaba sin indicar, y al parecer no se quería que mucho turista visitara este lugar de baño tan particular para esta gente del lugar.

En resumen, fuimos por dos o tres sendas: una de ellas, la de los dos ríos, otras la de los puentes de Villaseca y Talcano….

La zona de baño a la que fuimos se trataba de un manantial que iba a través de un canalito a depositar las aguas al río Duratón. Nos refrescamos bien, y el agua fría nos sirvió de estimulante.
Lo que no nos gusto del sitio era el camino de tierra que tuve que coger para acceder.
Hace un poco mejor clima que ayer en cuanto a calor. Se nota que han bajado un poco las temperaturas. Concretamente anoche me tuve que tapar con las sabanas en la habitación.

Al caer el sol dimos otra vueltecita por el pueblo y nos metimos en el barrio judio, donde pudimos apreciar las tipicas fuentes y las casas centenarias. Hacia mas fresquito que la noche anterior.

Al recoger ya las maletas charlamos largamente con el señor de la pension que nos recomendo un lugar camino de Turegano llamado Navafria, donde habia una gran arboleda y un chorro de agua fresca que desde el punto de vista paisajistico estaba encantador.

Por la mañana preparamos tambien los bocadillos para el camino.

                   DIA 13  28 DE JULIO


Son las 11 y media de la mañana y estamos en camino. Hace un clima agradable. Nos levantamos mas tarde lo previsto: estábamos súper cansados y con algo de agujetas en las piernas, sobre todo en la izquierda por mi parte.


Llegamos al castillo de Turegano y como me esperaba estaba cerrado: solo abría los sábados y domingos como ponía el cartel. Cogí tanta rabia que a continuación, en el mismo cartel puse lo siguiente a boli: ¿Qué pasa? ¿No hay turismo los demás días de la semana? Debería de estar abierto todos los días, no solo grupos. No hay derecho. DIRIGIDO AL PROPIETARIO. "

En cuanto al monumento en si, según datos, tiene raíces celtibéricas y todavía se conservan parte de las torres del antiguo “castrum” romano. Después se construyo un granero, y sobre este, la posterior Iglesia de San Miguel.

Son las 12 y media y continuamos dirección Madrid para acceder a Manzanares el Real.

En cuanto al camino de dirección a la citada villa esta pésimamente indicado, y de aquí lo hago saber extensivo al Ministerio de Obras Publicas. No se puede permitir un monumento tan importante que este mal dirigido al turista. Mala atención por parte también del Ministerio de Cultura. El que no sepa que esta en dirección a Collado-Villalba y a Cerceda y después a Mazatartal, esta aviado. Hay que saber un poco de geografía.

Llegamos por fin a nuestro destino y preguntamos a un guarda y nos dijo que estaba abierto hasta las 5 de la tarde. Aquí, menos con respecto a Obras Publicas, esta la cosa mas formal en cuanto a horarios de visita.

Aprovechamos mientras, ya que eran las 3 menos cuarto, para comer nuestros bocadillos en el parque que estaba situado al lado del castillo.

Entramos sobre las 4. Costo 1.80 euros la entrada y nos dio una señorita una hoja informativa sobre la visita, que no era guiada.
Al entrar en el interior del castillo, a nuestra derecha habìa una caja de caudales del siglo XIX, a la izquierda, un tapiz flamenco del XVII.

Llegando al patio de armas, al cual subimos por unos peldaños, pudimos observar tres torres cilíndricas y una octogonal, que era la del Homenaje. Pasamos al vestíbulo y vimos tres tapices sobre la vida de Julio Cesar del siglo XVII. A nuestra izquierda se encontraban una pintura de la Inmaculada, de autor desconocido.

Disponía el recinto de una sala de exposiciones dedicada al Marques de Santillana, una sala de Congresos donde destacaba un diptico con las figuras de Don Álvaro de Luna y doña Maria Pimentel (su segunda esposa). Preside la chimenea el escudo de
armas de la familia Mendoza. A los lados se encontraban armaduras del siglo XVI, una de caballería y otra de Infantería.

En la biblioteca se encontraban colecciones de libros de varios temas sobre castillos, historia, arte y viajes.

Subimos por una escalera de caracol hecha de madera al final de la visita­: desde lo alto pudimos divisar todo el pueblo de Manzanares y la montaña, aparte de la hermosura de su pantano, al cual nos acercamos sobre las 6 de la tarde pasando una huerta y una ganadería de vacas sobre un pequeño prado.

Al finalizar la visita charlamos con la de la recepción, y entre charla y charla mostró gran interés por conocer la Semana Santa de Sevilla, y mi amigo Manolo que es el “capillita “le dio su teléfono, ya que ella argumentaba que no tenía a nadie con quien hacer la visita.

Después de hacer un paseo por el pantano, nos pasamos por un supermercado al lado del hotel y compramos unos tomates para hacer un aliño y alguna fruta. Después de tomar una jarra de cerveza en la plaza del Ayuntamiento, nos pasamos por el hotel para refrescarnos. Esta noche comeremos en la terraza del hotel.

Por la noche, el ambiente del pueblo se centraba en dicha plaza. Fuimos a un sitio camino del cementerio y habìa poca gente: eran todos chavales de 15 o 16 años, y aparte no nos gusto mucho el ambiente.

Nos tomamos una tarrina de helado al volver en la misma plaza y nos recogimos.

                  DIA 14  29 DE JULIO


Nos hemos levantado mas bien tarde, ya que no tenìamos prisa. Desayunamos una tostada de aceite y fuimos a comprar pan para los bocadillos.


Ah! una curiosidad: nos hemos fijado que habìa los clásicos rótulos: “salchichería”, “jamoneria”, “bocadilleria”… Esos vocabularios no los he visto en Sevilla, nada mas que por estos lares.

Llegamos a Ciudad Real sobre las 3 de la tarde. Dejamos el coche cerca del centro. Fuimos a la Plaza Mayor y la Oficina de Turismo no abría hasta las cinco, así que dimos una vuelta buscando la Catedral que según el plano de la puerta, se encontraba cerca de allí.
En la Plaza Mayor se concentraban montando un escenario
para un concierto esta noche.

Llegamos a la Catedral y la vimos por fuera. Creíamos que se encontraba abierta a esa hora. En la Oficina nos informamos después que abrían sobre las 7. Nos recomendaron un museo de pinturas que se encontraba en la Diputación, ya que por desgracia, todos los museos cerraban por la tarde. Lo pudimos visitar y regresamos a la Catedral, que por cierto era muy chica, comparada con las que habíamos visto anteriormente.

Se llama Catedral de Santa Maria del Prado: posee la Puerta del Perdón y un rosetón poliglobulado semejante a la ermita de
Alarcos. En su interior destaca una torre- campanario muy elevada. El altar mayor es una de las obras más importantes de arquitectura en madera del siglo XVII.

De alli pasamos a ver la Iglesia de San Pedro que por casualidad estaba abierta. Destaca sus 3 bellas portadas. En su interior hay 3 naves con bóvedas de crucería. Muy bellas son las capillas de:
  • Los Coca, con un magnifico sepulcro del Chantre de la Catedral de Sigüenza y el retablo de la Virgen de Loreto, realizado en alabastro.
  • La de Jesús Nazareno, mandada construir en tiempos de los Reyes Católicos, con arquitectura y reja renacentista.

Al salir de la Iglesia, ya estaban cerrando las puertas, y solo eran las 7 y medí de la tarde. Esto era para cabrearse con el cura. Los horarios para visitar son de película.

De allí pasamos a la Plaza Mayor otra vez y nos tomamos una horchata.

De Ciudad Real nos dimos un buen tiròn de kilómetros hasta llegar a Córdoba. Aquí nos quedamos a cenar un salmorejo y algo de carne con tomate en un bar de la Judería. Para bajar un poco la comida paseamos al lado del río y buscando agua de botella se fue a meter mi amigo Antonio en un bar a p’edirla y no vio el cristal. Se dio un golpe en la cara y se hizo una herida encima de la ceja. Empezó a echar sangre y le puse un aposito para ver si se le cortaba la hemorragia.

Ya en el camino dijo que no dejaba de echar y nos metimos en Ecija para llevarlo al hospital de alli. Le pusieron dos puntos como yo me suponía. A Sevilla llegamos sobre las 3 de la mañana. Llegando, en el camino cogiò el coche mi amigo Manuel, ya que el sueño me vencía.

Un agradecimiento a mis dos compañeros de viaje sin los cuales no hubiera sido posible tantos momentos de charla y opiniones.

                           

                                                                      MIGUEL ANGEL

                                                                               JULIO 2004

































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