jueves, 23 de septiembre de 2021

 Diario de Ruta hacia Euskadi  17-8/10-9/2021


DIA 1      
17-AGOSTO-2021

    Salimos rumbo a Béjar, nuestro primer destino, sobre las 7 o 7 y cuarto de la mañana. Alquilamos al final un audi con un maletero amplísimo.

    Paramos a desayunar en el área de servicio del Culebrín y nos encajamos en Béjar sobre las 11 y media: como en todos los viajes, el primer tramos se antoja algo agotador.

    Empezamos visitando la Iglesia de San Juan, pero por fuera, ya que estaba cerrada y dejamos el coche en zona azul, y dando un paseo vimos la primera fuente de cuatro caños, en la Plaza Mayor vimos la Iglesia de San Miguel y su Palacio Ducal que ahora es en su interior un Instituto de Educación Secundaria. Dicho palacio solo lo pudiemos ver por fuera. La iglesia de San Miguel es muy sencilla, pero sus dos cristaleras impresionan.

    Saliendo de la población, a pocos metros, dejamos el coche en un hueco al lado de la carretera, y a doscientos metros empezamos el
recorrido del Sendero de las Fábricas Textiles, con el río Cuerpo de Hombre acompañándonos en su total recorrido. Realmente era un paisaje espectacular con pequeños saltos de agua que de vez en cuando nos deleitaban con nuestra visita.
Era increíble el gran caudal que circulaba a pesar de la escasez de agua de prácticamente todo el año. Aqui ya nos quedamos a comer una tortilla de almuerzo.

    De aqui, al castillo de la Mota situado en Medina del Campo. Quería ir por la autovía camino de Salamanca, pero el GPS se empeñaba en desviarme por la carretera nacional. En fin, al final pasé por Alba de Tormes con un taponamiento de dos o tres coches en el mismo puente por un camión en obras.

    Bueno, después de ir por carreteras y pueblos conseguimos llegar a las 6 menos cuarto, ya que la visita la concertamos sobre las 5 hace tiempo y ya no daba tiempo.
Llamamos antes para pasarla a las 6, pero ya era demasiado tarde según la guía y la realizamos por libre accediendo después a la torre, y con esto ya me quedé satisfecho.

    Sobre las 7, a la hora del cierre, marchamos a Simancas a dormir en el hotel rural Pago del Olivo.
    Sobre las 9 cogimos algo de abrigo para dar una vuelta por el casco urbano, ya que hacia ya bastante fresco a esa hora y se encontraba a poca distancia del establecimiento. El castillo estaba cerrado, no
por la hora, sino por razones de la pandemia, y solo tenían acceso los investigadores y científicos. Al buscar un sitio para comer, todo el mundo tenía cerrados los negocios.

    Una mujer que encontramos por la calle le preguntamos por algún sitio y nos contó que en agosto todos estaban cerrados de vacaciones y que la gente se iba a las playas, pero había un bar situado al lado del castillo llamado "el archivo" en el que comimos una ensalada a base de rulo de cabra y unas codornices a la plancha. La verdad es que bar visto desde fuera aparentaba una "tasquilla" de poca monta pero a final nos sorprendio con ese menú que nos expuso.

DIA 2
18-Agosto-2021

    Nos levantamos algo más tarde ya que la visita de Wamba no era hasta las 11. Pensándolo bien nos encaminamos a ver el castillo de Fuensaldaña antes, porque la ermita de Wamba no cerraba hasta las 2.

    Entramos en el citado castillo sobre las 10 y media y elegimos visita guiada que duraba una hora y pico. Nos dió la guía una pequeña introducción para seguir bien el recorrido.

    Vimos una proyección al principio que resulto estar en la sala de juntas, haciéndonos un recorrido por todos los castillos de la provincia.

    En una planta superior, varios maniquies con trajes típicos de la época: en uno de ellos se situaba un cartel que decía que era un castillo manchado de disputas y de sangre: aquí los nobles asesinaban a sus parejas que les resultaba infieles o sospecha y o les caía ninguna condena. En otra sala una exposición de maquetas de castillos de la zona. Accedimos a otra donde estaban expuestas unas fotografías y una proyección de una pareja
mostrándonos unos bailes típicos medievales.
    En cuanto al castillo, es propiedad de la Diputación de Valladolid. Fue mandado construir en el siglo XV por la familia de los Vivero. Es importante también el edificio porque en él firmaron su compromiso matrimonial los Reyes Católicos, con las consiguientes polémicas después. Es típicamente un castillo señorial, con una torre del Homenaje visitable, a la que en su origen se accedía por un puente levadizo.

    En el patio de armas se constituyó el hemiciclo de las Cortes de Castilla y León. En resumen, tras la reforma se ha convertido en una Centro de Interpretación de los castillos, como habréis deducido por la anterior explicación. El final de la visita fue la exposición de otro vídeo contando la leyenda negra de la familia de los Vivero.

    Sobre las 11 y media visitamos Wamba, con su iglesia mozárabe de Santa María.

    El nombre de este pequeño pueblo se debe a que en ella residió dicho rey visigodo que sucediera en el trono a Recesvinto. 

    La iglesia ofrece una bonita escena del exterior, de estilo románico. La parte más antigua del edificio la encontramos en la cabecera.

Se debate todavía si los arcos son mozárabes o son de origen visigodo. El monasterio que estaba a la salida está totalmente desaparecido: solo su estructura.

    En una de las pequeñas estancias del claustro se encuentra un tenebroso rincón: el conocido osario de Wamba. Realmente al entrar resulta estremecedor. Agolpados encontramos huesos y calaveras de unas 1.500 en su casi totalidad. Se encontraban más en número: lo que pasa es que grupos de investigación y estudiantes  se los fueron llevando con la promesa de devolverlos, y no han cumplido. Unos 
fueron analizados por el Doctor Marañón en la década de los 50.

    De esta curiosa iglesia, retrocedimos a Fuensaldaña y conducimos ruta hacia la Basílica de San Juan de Baños en Baños de Cerrato.

    A la entrada, enfrente del monumento se encuentra detrás de una cancela una fuente de tres caños echando agua a borbotones, de origen visigodo. En el lugar, una cafetería llamada "El lagar", con una espesa arboleda donde nos tomamos un café y una infusión antes de entrar en la Basílica.

    La entrada este día era gratis. Esta iglesia la verdad es que invita a ponerse delante de ella un buen rato y contemplarla en silencio. Este templo
lleva aquí mas de 350 años, que se dice pronto. Es la más antigua que existe en toda la península ibérica. La mandó contruir el rey Recesvinto en el 661. La portada es visigótica pura, con ventanas y sus vistosas celosías.

    Nuestra última visita es el castillo encantado de Trigueros del Valle, que aparentemente por fuera parece poca cosa, casi derruido con remaches, pero bien escenificado y constituido por dentro.

    Tiene varias áreas: la guarida del dragón, el torreón fantasma, el salón de criptozoología, el gabinete de curiosidades y un laboratorio donde se realizaban varios experimentos, y una
representación de un pequeño bosque de enanos y ninfas.

    Después de quedar con buenas vibraciones, ya nos marchamos a alojarnos al Hostal Monzón de Campos. Al principio, nos dio la impresión de una fachada cutre llena de lamparones negros de la caida de lluvia, y sin pintar, y con la presencia de unos clubes cerca. A pesar de esto, la habitación estaba bien, con buenas condiciones sanitarias.

    A lo lejos, desde la terraza de la habitación vimos un gitano haciendo una gran candela. La cena la hicimos en el restaurante del alojamiento y con muy buen menú.

DIA 3
19-Agosto-2021

    Nos levantamos y desayunamos a las 8. La visita a la iglesia de San Martín en Frómista sería por libre. Abrían a las 9 y media.

    Llegando a la citada hora a la puerta de la iglesia se encontraba un coche negro aparcada y unos muchachos con una especie de trípodes. Nos comunicó una chica que por cierto era de la oficina de Turismo, que estaban grabando y que había una visita guiada ya a las 12, pero para las 3 iglesias de allí. La verdad es que me fastidió bastante. Le comentamos que pensabamos coger el barco del canal de Castilla sobre las 11 y nos dijo que nos daba tiempo después para la visita.

    Nos dirigimos a la exclusa, ya que el barco salía a las 11. Llegamos, aprovechamos ya que todavía era temprano, y nos hicimos unas fotos del entorno.

El citado barco no estuvo muy lleno de gente, y eso que al reservarlo me dijeron que el aforo estaba casi limitado. Sería por el tema de la pandemia.
    Fue el paseo bastante entretenido y bonito. El motor, según nos comentó la guia, era eléctrico para respetar el medio-ambiente. Nos dieron una explicación al principio sobre cómo construyeron el canal (que fue a mano) con mano de obra de presidiarios. Tenía una profundidad de dos metros a dos metros y medio. En algún punto, no me acuerdo, salvaba una altura de hasta 12 metros.

    De allí, ya que duró unos 40 minutos el recorrido, nos fuimos a la visita guiada en Frómista que empezaría por la iglesia de Santa María y terminamos por la de San Martín. 
La segunda iglesia (la de San Pedro) ofrecía una visita multimedia
muy representativa con proyección y buenos efectos visuales. Recordando algunas explicaciones, un hombre recibió de un ciudadano judío una cantidad para la construcción de la iglesia. Al final no le devolvió la cantidad, el judío lo denunció y lo condenaron con excomulgarle. Después abonó la cantidad adeudada y le retiraron la condena purgando así sus pecados.

    La iglesia de San Martín, que fue la última en visitar, era la joya del románico de la provincia.

Me sorprendió que cada capitel ofrecía unas figuras distintas uno del otro: figuras de Adán y Eva, motivos vegetales con hojas de acanto, representación de un hombre que pecó de lujuria.... 

    De la visita volvimos a un merendero al lado de la exclusa y almorzamos sobre las 2 unos bocadillos de pan rústico con sardinas. Sobre las 4 nos encaminamos hacia Cítores del Páramo donde no hayamos lo que estábamos buscando, que no era otra cosa que el Museo Salaguti. Preguntamos a una mujer en la aldea y nos indicó que estaba hacia arriba en el monte, no alli como suponía.

    Volvimos a Sasamón y al ver que no cumplieron con la hora reflejada de apertura en el cartel para la Colegiata, visitamos mientra el museo mencionado.

    Al llegar al lugar nos atendió ya un hombre mayor, de unos 70 años que resultaba ser el dueño de la propiedad. Es pintor y escultor de la localidad.
Ha recibido numerosos premios por sus obras, mezcla de arte abstracto y currealismo, que nos recibió encantado en su casa.

    Aparte de la exposición de algunas de sus obras, también ha hecho fuentes, grandes esculturas y tallas de monumentos: algunas de ellas las pudimos contemplar en la Colegiata de Sasamón.

    A dicha Colegiata entramos sobre las 5. Estaba en la entrada un señor, que me pareció que era el párroco.

    Nos tomamos unos cafés en la Plaza Mayor y después hicimos la ruta de senderismo en San Martín de Ubierna. 

La ida fue espectacular, con las cuevas de San Miguel presentes en los cañones, pero la vuelta fue un martirio, por otro sitio con subidas y bajadas constantes y con el sol casi de cara. Paramos a dormir en La Nuez de Arriba, un pueblo supertranquilo de unos casi 10 habitantes en verano pero que en invierno se reducia a la mitad o menos, contando con un par de solteros que vivían más arriba y una señora viuda, según nos contó el dueño por la noche durante la cena.

    Estábamos rodeados de huertas. Cenamos en la terraza con vistas al campo un gazpacho de primer plato con un cuenco de acompañamiento de tomate, cebolla, pepino... todo muy triturado.  De segundo nos pusieron un plato de cangrejos de río y como último, uno de carne de corzo muy buena por cierto. El trato fue muy amable por parte de los dueños. Nos vendieron una miel que se me antojó en el desayuno: vi el bote y me interesé. Era miel procedente directamente del apicultor de la zona.

    El alojamiento se llamaba "Valles del Cid".

DIA 4
20-Agosto-2021

    Desayunamos a las 8 y media, recogimos el equipaje, cargamos la miel en el maletero y cogimos agua de una fuente de dos caños que se encontraba cerca.

    El dueño del alojamiento nos recomendó Orbaneja del Castillo (pueblo que ya conozco), Pesquera del Ebro y otros más de cuyo nombre no me acuerdo.

    En la entrada de Orbaneja presenciamos a nuestra derecha la gran cascada que hace algunos años visité.

 Aparte, se podían divisar las pozas de agua de color verde turquesa que partían más abajo.

    Cuando finalicé la visita aqui, partimos hacia Sedano, recomendado por el citado dueño del alojamiento anoche. Alli dice que fue donde nació.
Entramos en la localidad rodeada de espeso bosque, de un río y de unas formaciones rocosas que conformaban el cañón. Era un pueblo típico castellano con casas de piedra la mayoría y de balcones llenos de flores muy bien cuidadas, menos en invierno que se estropeaban por las heladas, como nos explicó la mujer del bar de Sasamón.

    Enlazamos con Pesquera del Ebro donde paramos media hora solo. Partía desde la iglesia una ruta hacia Valdelateja, pero el sol de justicia nos retuvo. De aqui hacia el bonito pueblo de Poza de la Sal, donde nacio Felix Rodriguez de la Fuente.

    Llegamos sobre las 2 y veinte y almorzamos en un bar a base de pinchos. La visita a las salinas la dejamos para después. Aparte, se encontraban
en el principio del pueblo, y daríamos un paseo por casi todas sus calles.

    A las salinas accedimos a través de unas piscinas naturales saladas y una fuente. La localidad de Poza de la Sal está asociada a la explotación de la sal, propiamente dicha. Esto es posible porque esta población se asienta sobre un gran deposito de este mineral marino, aunque el mar más cercano esté a más de 200 kilómetros.

    Gracias a un grupo de voluntarios, se han recuperado varias salinas para mostrar este método tradicional de extracción. Decir que estas pozas tienen más salinidad que la del Mar Muerto, por lo que se flota sin querer.

    Mentar la iglesia de San Cosme que es esencialmente hermosa, de estilo románico tardío y pregótico según información que tengo.

    Al final de la tarde nos instalamos en el hotel rural El Rincón del Convento, nos arreglamos y más tarde, sobre las 6, un poco antes, visitamos el Convento monasterio del Salvador.

    El edificio de al lado mostraba una exposición itinerante de la barbarie nazi y costaba 6 euros cada uno, por lo que depusimos la entrada y por varios motivos.


    En frente, una torre de fácil acceso donde se alojaba el museo de la resina con tres plantas.

    A última hora de la tarde dimos un agradable paseo por un parque cercano. Cenamos por la noche unos pinchos de ensaladilla, un casamiento que se trataba de boquerones con pimiento rojo y unos saka de langostino. El helado nos lo comimos en un bar de la Plaza Mayor.

DIA 5
21-Agosto-2021

    Iniciamos hoy la ruta en Tobera. Al darle las llaves al del bar del hotel no nos dio ni las gracias ni desearnos buen viaje y aparte no nos pidio ni los DNI.

    Hablando de la marcha hacia Tobera, iniciamos la visita en la ermita con un puente al lado y siguiendo sentido de la ruta fluvial de los molinos.

Llegamos a presenciar algunos saltos de agua, algunos con bastante caudal a pesar de la escasez de las lluvias. De alli, a Pedrosa de Tobalina, que figuraba solo a 21 km, pero con la consiguiente faena del GPS que sio gran rodeo pasando otra vez por Oña y recorriendo 41 km.

     Al llegar a Pedrosa, faltaban dos chorros de los saltos de agua con respecto a mi ultima visita. Como sábado que era, salían gentes de todos sitios y con muchos bañistas. De allí nos pasamos a la parte alta de una de las cascadas, y volvimos a encontrarnos otra vez a la pareja vasca con la que entablamos conversación en Fuentes del Ebro. Nos recomendaron el castillo de Cebolleros, que cerraban a las 3 de la tarde. Yo ya lo tenía en la agenda de viaje.

    Eran las 13:30h y nos daba tiempo, ya que se encontraba solo a 12 km de alli.

    Llegamos a tiempo para la visita al castillo de Las Cuevas. La visita a este no tenían ningún coste, pero le compramos unos imanes. Relatando algo de la historia del edificio, don Serafín Villarón en 1997 dio un paseo por el pueblo y se encontró con unas cuevas, y se le ocurrió levantar su propio castillo partiendo de estas. Nunca le contó a nadie su sueño por temor a creerlo loco.

    Para la construcción utilizó unos cantos rodados del río que pasa por allí. Fue con su furgoneta y cargó con ellos. Después de reunir unos pocos, con una gran paciencia colocó piedra a piedra y trabajando días sin parar consiguió levantar el citado castillo. Es un edificio muy original y por dentro está lleno de encanto. Se contemplan maravillosas lámparas hechas a mano por su yerno, barandillas e la escalera con forma de serpiente y terminando en la cabeza.

    Consta de 3 pisos, y cada uno, más original.

    Al fallecimiento de Serafín continuaron la obra el yerno y el negocio lo llevan su esposa y la nieta que montaron un bar en el bajo del edificio.
    Mirando la hora rechazamos S. Martín de Mancobo, un despoblado que no se indicaban bien en el gps.

    Dirigimos rumbo a Medina del Pomar para visitar en principio el Alcazaba de los Condestables. Tiene forma de castillo y aloja en su interior el Museo de las Merindades. En una sala se expusieron en fotografías as distintas iglesias románicas de la comarca, espacios naturales, así como algunas maquetas del Alcázar y algunas iglesias.

    Es conocido con el nombre de "Las Torres". Fue palacio y castillo defensivo. 

    Tuvimos que hacer tiempo para la visita y tomamos un café en la Plaza Mayor. Teníamos todo cerca: el Alcázar, ayuntamiento y Oficina de Turismo, a la que preguntamos por las visitas guiadas. Nos indicó que abrían a las 4 y media, cosa contraria a la que vi en una página web que decía que cerraban los sábados.

    Decir que en el siglo XIX los duques de Frías lo cedieron en usufructo al Ayuntamiento de Medina del Pomar. Iniciamos visita guiada en el recinto, terminando en la ermita de San Millán, un gran tesoro del románico.

    Resulta que al salir del Alcázar nos entretuvimos con una pareja de Bilbao que nos recomendó sitios de tapas y visitas culturales. Perdimos al grupo pero al final nos pudimos incorporar después de tocar otra ermita de alli cerca. Perdimos el video del principio pero la chica nos hizo el favor de ponérnoslo otra vez cuando se fue el grupo.

    Después de sali no tenìamos muchas ganas de visitar el monasterio de al lado. Estábamos cansados.

    Nos encajamos en Puentedey sobre las 6 y media de la tarde y nuestra parada obligatoria era ese puente natural que nos estaba recibiendo desde ya muy lejos.

    Después de tomarnos unas cervezas una vez concluido el paseo por esa maravilla natural, ya paramos en Fuentetrigo que estaba sólo a dos kilómetros para descansar y dormir.

    En el alojamiento, como nos temimos, no había ascensor y la habitación en la segunda planta, pero desde la ventana se observaba una gran vista del campo.

    Mañana nos espera naturaleza. Espero cargar pilas para la ruta que va a resultar muy entretenida.

    El alojamiento fue en Brizuela, concretamente en Casa rural Fuentetrigo.

DIA 6
22-Agosto-2021
 
    A primera hora de la mañana fuimos a hacer la ruta del nacimiento del río Codagua en el Valle de Losa, en la localidad del mismo nombre de donde partimos.

    Comenzamos por un espeso bosque que nos acompañó gran parte del camino, desembocando en un valle donde dos o tres vacas de color beig nos dieron la bienvenida.

    Al final del recorrido, como sospechábamos, la cascada estaba seca. Nos cruzamos con una familia y nos recomendó que mejor viniéramos en Semana Santa que seguro traía agua. Bajamos un poco al río de vuelta que tenía algo de agua y nos hicimos unas fotos por pequeños saltos de agua.

    De regreso, antes de coger el coche, nos comimos cada uno una manzana y un señor nos miró de lejos desde su propiedad creyendo que las habíamos cogido de allí.

    Como nos falló la visita a la cascada, hicimos la ruta del románico después visitando las ermitas de Siones, Valle de Mena, donde una señora que estaba según ella quitando telarañas y polvo que iba a cerrar, la mantuvo abierta mientras la visitábamos, y al final la de San Pantaleón de Losa desistimos ya que había que subir por un estrecho camino en el que solo cabía un coche, y con tan mala fortuna, que nos vino uno de frente. Tuvimos que realizar cientos de maniobras marcha atrás para encauzar el coche de alli. 

    A la bajada montamos nuestro picnic en un banco aprovechando que había sombra. De aqui proseguimos a Tobillas, Corro y Pinedo para visitar sus cuevas artificiales eremíticas.

    Hablando de Tobillas, tiene gran importancia su iglesia: se notaba el importante trabajo de restauración a la que fue sometida.

    Abajo se ubicaba una fuente de dos chorros de donde repostamos. Preguntamos alli y en una plaza, y al lado se encontraba la señal de las cuevas. Eran dos y las dos constaban de pequeñas tumbas excavadas en roca.

    Las otras dos que vimos en Corro fueron las Cuevas del Moro. a la que accedimos por un merendero donde dejamos el coche y ya a pie nos acercamos hasta el eremitorio que se encontraba escondido en medio de la vegetación.

    Estas cuevas sirvieron como vivienda y templo a comunidades de ermitaños. La primera que vimos tiene techo abovedado igual que las anteriores que poseían restos de sepulturas.

    La última que visitamos fue la de Pinedo. En el camino bajando la carretera, estaba solo a 600 m. 
En el sendero cogí algunas ciruelas caídas. Esta cueva poseía unas formas curiosas en la roca, y como todas, con sus sepulturas.

    Ya sobre las 6 y media completamos el día y para reponer fuerzas ns quedamos en la casa rural de Lagun Etxea, desde donde reflejo estas líneas.

    A la vuelta pasamos por las salinas de Añana y el señor del alojamiento nos dejó los teléfonos para reservar una visita guiada para mañana: la cogimos para las 10 con mucha suerte.


DIA 7
23-Agosto-2021

    Se me olvidó ayer comentar que antes de coger la carretera a San Pantaleón vimos que reflejaba un letrero de 3 km hasta Cistiernaga y tenía prevista su visita para otro día.

    El desayun en Lagun Etxea fue excelente. Aparte del pan para las tostadas, que tenía color amarillo, signo inequívoco de que se trataba de un pan de maíz. Aparte, en una urna se exponían varios pasteles caseros como magdalenas, croissants e incluso un pastel típico vasco y muy rico.

    A las 10 entramos en las salinas de Añana en visita guiada. Resulta que tiene unos 6.500 años de antiguedad, ya que allí en aquellos tiempos se encontraba un mar.
 
    Es la villa más antigua de Alava. Su apreciada sal es completamente pura. Contaba en una de sus eras con importantes restos arqueológicos que se encontraban protegidos con una lona. Aquellas
instalaciones iban con una acequia que transportaba el agua a las eras. Eran provenientes del manantial
que surgia arriba en la montaña. Debajo estaban sostenidas por unos maderos encofrados de sal, así los insectos como podría tratarse de las termitas no le atacaran. El color marrón que se apreciaba era el oxido de hierro.

    Nos hicieron una demostración de cómo se trabajaba la sal en la era con rastrillos. La finalización de la visita concluyó con un baño de los pies en una piscina salada. Con la entrada nos obsequiaron a la salida con una cajita de sal de un kilo.

    De aqui cogimos rumbo a Lalastra. Dejamos el coche en un parking situado a la entrada de la población, ya que en todo el pueblo no se podía circular. Dimos un agradable paseo por el entorno y por esas calles empedradas y con viviendas tipicas serranas de piedra. Saliendo de la población ya veíamos el letrero del desfiladero del río Purón, pero conforme nos adentramos nos invadió una gran arboleda. Más adelante desaparece la señal y el sendero se bifurca en dos caminos (y sin saber
cuál coger) y fuimos adentrándonos poco a poco en el valle, pero la señal de desfiladero no la localizamos: solo una que decía "Senda del Pastoreo". Cogimos esta que era la única que nos acompañó durante todo el camino. Nos dijo un senderista que este era el camino del desfiladero. Nos volvimos algunos metros decepcionados y encontramos a un padre de familia con sus hijos y nos dijo que íbamos bien encaminados. 

Pudimos ver ya las primeras cerradas rocosas y ya siempre acompañándonos el río.

    Llegamos a pasar un largo valle y entramos en aquel espeso bosque y acompañados por pequeños saltos de agua. El último eran tres cascadas grandes por la que si querías observarlas de cerca tenías que coger una escalera de madera muy empinada. Desde ahí ya nos volvimos por el mismo camino de ida. Abrió un poco el dia que resultó encapotado de nubosidad y el regreso se antojó algo caluroso.

    Al final comimos en una mesa en las afueras del bar en Murgía sobre las 4 de la tarde. un pequeño paseo por la población observando las diversas casas típicas algunas de cuento. De allí, muy cansados, dormiríamos en el hotel Nagusi de esta población.

    Cuando reflejo estas líneas hace ahora una temperatura de 17 grados.

DIA 8
24-Agosto-2021

    Nos levantamos sobre las 7 y media con el olor a pan que entraba por la ventana de la habitación. Hoy para visitar el parque de Gorbeia tenemos dos opciones: esperar a que abra la Oficina de Turismo o ir directamente a la casa del parque.

    Optamos por la primera y me informaron que estaba cerca el Santuario de Oro. Después  de acercarnos al monumento había que dejar el coche en la carretera y por una pendiente había que acceder,... y con el calor no se apetecía mucho después de la paliza de ayer.

    Contratamos una visita guiada en Vitoria a las 4 y media, pero como todavía era temprano nos acercamos antes por el Santuario de Estíbaliz que lo teníamos previsto para después. A la llegada éramos los únicos y dejamos el coche en una gran explanada. Subimos una gran hilera de escaleras empinadas y entramos en la iglesia, que  era lo único visitable, ya que el monasterio no recibía visitas ahora: vivían tres curas solo según nos informaron. La iglesia era típicamente románica con una virgen en el centro del altar del siglo XIII.
Estábamos solo a 8 km de Vitoria.

    La verdad es que es una verdadera joya del arte románico. En 1138 fue cedido a los monjes bernardos de Nájera que lo conservaron hasta 1431 y después lo vendieron a D. Fernando Pérez de Ayala. Las guerras y la acción del tiempo han hecho a perder su parte decorativa. Destaca sus columnas embellecidas, la pila bautismal y su frontal de piedra del altar del Cristo.

    De allí salimos cerca de las 2 de la tarde y pusimos rumbo a Vitoria, y aparcamos al lado de un parque cerca de la Catedral con mucha suerte. Aqui nos comimos un bocadillo y desde donde estoy reflejando estas líneas. 

Hemos concertado la citada visita guiada completa por la capital sobre las 6. El guía intentará pasarla a las 5 y media.

    Comenzamos en la Plaza de España, muy similar a algunas de otras ciudades, con las mismas medidas de un extremo a otro. Se le llamó la Plaza del Borrón porque en el lugar donde está ubicado el reloj del Ayuntamiento habia un cartel al principio que decía: "Viva Alfonso XII" y después Alfonso XIII, pero cuando desapareció el reinado, se ponía "Viva la República" para después poner "Viva Primo de Rivera", y para no emborronar más se puso el actual reloj.

 Tuvo esta plaza el "gafe": en la II Guerra mundial chocó un avión alemán contra una de las farolas y salió ardiendo. En otra ocasión se instaló una plaza de toros, y en una de las corridas un toro saltó y mató a siete personas, así que se dejó de instalar allí la plaza.

    En una de sus esquinas tuvo Fornier su primera tienda de naipes.

    Los edificios además tenían chapuzas arquitectónicas: uno de ellos fue Correos. Después de acabarlo no se podía entrar en el edificio desde fuera ya que solo tenía ventanas. Con el tiempo se le ocurrió al arquitecto bajar las dos ventanas de la entrada hasta el suelo y así hacer dos puertas. En la iglesia de Santa María, aparte de defectos, empezó a construirse románica y al papa que la visito dijo que se hiciera gótica. En el deseo de cambiarla de estilo se hicieron varias ampliaciones, ya que todos los edificios debían de guardar el mismo estilo de la época. Con la restauración ya hecha, se cayeron algunos trozos de techo, incluso en la celebración de una boda: afortunadamente no hubo que lamentar daños personales.

    Pasamos después por una calle que se llama "cuchillería" donde se podían ver infinidad de bares y cafeterías. Se podían apreciar edificios con balcones sobresalientes. En esta calle se encontraba la casa del Cordón donde habitaba antiguamente un judío que por fuera la decoró de figuras religiosas para librarse de ser perseguido por la inquisición. Se llamaba Juan Sánchez de Bilbao. Incluso hizo una puerta baja para el que entrara tuviera que agacharse y así reverenciarse con la consiguiente burla de este. 

    Entramos en una iglesia de la cual no me acuerdo de nombre, pero fue visita fugaz, pudiendo contemplar el arte que reflejaba. El guía habló un poco de la muralla e hizo referencia a que tenía otro defecto arquitectónico: los matacanes estaban hacia dentro.

    La ciudad presentaba muchos desniveles que lo supieron subsanar después con buena construcción. Se cogían unas escaleras mecánicas para subir a la parte vieja.

    Bajamos a la iglesia de San Miguel y se observaba un muñeco de un señor que según dicen los del lugar quería tirarse en paraguas desde la
torre hasta la plaza. Se ganó el cariño de la gente, e impulsó a la diversión a muchos jóvenes. El primer experimento se hizo con un muñeco y se enganchó en un tejado, y desde ahí no se tiraría nadie.
  
    El final de la visita fue en uno de los parques: Vitoria es una de las ciudades con más parques por metro cuadrado. Forman el anillo verde. En uno de
ellos, en el paseo, hubo varios palacetes que hoy se conservan en buen estado, cada uno con su historia. Uno de ellos perteneció a uno que se fue a Cuba e hizo fortuna con la esclavitud de los negros. Al volver no tuvo mucha simpatía por parte del pueblo ni el cariño de la gente.

    La verdad es que es una ciudad con muchas curiosidades: una de ellas es el concurso de pinchos y participaban San Sebastián y Bilbao que tenían mucha rivalidad, y se unió después Vitoria, que curiosamente fue la ganadora: fue un bar detrás de la iglesia de San Miguel la que está en un desnivel muy bien salvado.

    Nos despedimos del guía y ya cada uno le dimos una propina, por la simpatía y por lo bien narrada toda la historia que envolvía a la capital. Esta noche dormimos en la casa rural La Casa Vieja: un lugar tranquilo al lado del campo.

    Para cenar tuvimos que desplazarnos a Larrea, un pueblo a 6 km de allí.                        

DÍA 9
25-Agosto-2021

    Nos levantamos a las 7 y media, abrimos las ventanas y divisamos una espesa niebla que cubría gran parte del paisaje, con una temperatura de 12 grados.

    Toda la habitación estaba decorada con muebles rústicos viejos: lo único era la bañera, que había que tener cuidado con una viga de madera cada vez que se metiese uno en ella. Yo ya me tropecé dos veces.

    A primera hora, antes de ir al Nacedero, giramos a la derecha al salir del alojamiento por una carretera que conducía a un pantano transformado en playa artificial, según la mujer de la casa. Seguía acompañándonos cuando llegamos la niebla.

    De aqui, a nuestro destino fijado: el Nacedero del río Zirautza que se encuentra en la población de Araia. Nos costó trabajo localizar el inicio del sendero: estaba muy escondido, justamente detrás
de la casa del parque, pero al final preguntando en el pueblo nos lo dijo un buen hombre y accedimos por el lado izquierdo.

    Al principio, nada más empezar, nos tocó subir y subir una pendiente, alternando con llanos y subidas. Ya a unos 500 metros se empezaba a oir el agua. Pasamos y dejamos a nuestra izquierda una fábrica hidroeléctrica abandonada.

    Es un recorrido ameno y de gran encanto, alternando olmos y hayas a un lado y otro. El punto que se inicia la ruta se encontraba detrás de la casa del parque, pero también se podía acceder a través de la fábrica.

En el interior de la casa se aloja un museo de casas autóctonas de la zona. En este toma protagonismo un lirón (mitxarro).

    En esta ruta se aprovecha el agua mediante un canal que va desde el nacimiento hasta el museo.

    En un tramo de la ruta se encontraba un tronco atravesado ya caído: me acerqué a él para pasarlo y observé que habían hecho dos escalones dentro de él. Pisé el primero para pasar y con tan mala fortuna que estaba muy gastado del paso de la gente, que me doblé el tobillo izquierdo y caí al barranco dando dos o tres vueltas agarrándome al trozo de tronco caído. Me arañé las piernas de las zarzas, y un senderista que pasaba por allí y María José me ayudaron a incorporarme. El tobillo ya lo tenía dañado, y llegué como pude al nacimiento propiamente dicho que se encontraba a pocos metros.

    Como era una ruta circular, la vuelta la hice por una pista forestal y llana (menos mal para mi sufrido tobillo) como pude ya que ella me esperaba con el coche para recogerme al final.
El camino estaba llena de pedruscos y gravilla pero la hice como pude ayudándome con los bastones.

    Fuimos al centro de salud de allí y me pusieron un vendaje compresivo provisional hasta llegar al hospital Txagorritxu de Vitoria. Allí, después de esperar tres horas me hicieron unas radiografías y me volvieron a poner otro vendaje compresivo en el tobillo izquierdo que fue el que me dañé, pero de estas vendas que se pegan. Tenía que guardar reposo durante dos semanas según el traumatólogo. Compré dos muletas en una ortopedia para poder andar en condiciones y estuve pensando qué iba a hacer a partir de ahora: si regresar ya a Sevilla o seguir la ruta como pudiera. Elegí al final la segunda opción.     

    De aquí fuimos a Ochandio donde hicimos una breve parada sin bajarnos del coche y ya nos fuimos directo al próximo alojamiento en Aterbe.
Aquí la habitación se encontraba en la primera planta (qué fastidio) y con ayuda de mis muletas agarrándome al pasamanos pude llegar a la citada habitación.      

    Como alli no había restaurante para la cena, el dueño del alojamiento nos hizo el favor de ir a por unos bocadillos a un bar cercano de allí, ya que era de noche y no quería María José coger el coche por un sitio que no conocía. Al final solo le sirvieron unos pinchos de tortilla con ali-oli y el otro con pimiento picante.

    Trataré de guardar reposo sin apoyar el pie unos días, como me dijo el de la ortopedia y a ver cómo estoy en los días posteriores, sino cogeré el camino de regreso.

DIA 10
26-Agosto-2021

    Desayunamos a las 8 y media muy bien: unas tostadas con aceite, jamón y queso con un plátano. El dueño del alojamiento nos recomendó que fuéramos a Oñate y después al Santuario de Arantzazu. La verdad es que teníamos que desviarnos un poco. La vuelta la tuvimos que realizar por Elorrio y Durango, que no estaban previstos en el planing, pero la realidad de mi pie malo me obligaba a realizar visitas solo culturales.

    La primera fue al santuario de Arantzazu, que es de arte moderno. Tuvimos que esperar porque a las 12 comenzaba la misa. Antes de empezar se escuchó un repique de campanas interpretando una melodía junto a las campanadas de la hora.

    Yo agradecería que tuvieran un ascensor porque con las muletas bajar tantas escaleras.... sería un martirio.

    El interior del santuario guarda una virgen pequeñita en el altar todo de mármol creo que era. Incluso la construcción como dije antes era de estilo moderno, no como el románico, el gótico y demás que habíamos visto hasta ahora.

De aquí partimos hacia Oñate, cuya iglesia, o más bien Basílica, la abrían a las 4. Comimos allí en un bar de milagro porque estaba todo reservado y la mayoría no servían comidas, solo copas. Yo me comí una crema de verduras con tropezones y de segundo un muslo y contramuslo de pollo con patatas.

    La citada Basílica la visitamos por dentro: se encontraba otro acceso menos escalonado al lado con unos poyetes. A la subida se encontraba un pleno campo una necrópolis ya en Elorrio.

    Enlazamos con Durango donde hicimos una breve parada: solo el exterior de una iglesia.

    Ya sobre las 6 y media partimos hacia Legazpi, concretamente al hotel Mouleón. El acceso al parking era muy estrecho, y de aforo de pocos coches.
Esto era peor, porque para maniobrar y salir de allí había que hacer una "diplomatura".

    A las 20:30h cuando reflejo estas líneas, a través de la ventana se observa mucho ambiente de bares. Nos bajamos por el ascensor (menos mal que había uno en el hotel) para ver si cogíamos sitio. Al final nos decantamos por cenar en el restaurante del hotel y muy bien. Nos pusieron de entrante un gran plato de tomate aliñado y después un gran chuletón acompañado de una parrillada de verduras. Con el postre ya no pudimos.

DIA 11
27-Agosto-2021

    Este día lo íbamos a dedicar a Hondarribia y San Sebastián.

    Ah! se me olvidó que el hotel Mouleón de Legazpi es excelente con decoración toda de madera: suelo, escaleras... Por lo visto fue un antiguo palacete que el dueño lo donó o lo vendió, no se sabe bien. El desayuno muy bueno con pan de maíz y de trigo.

    Camino de San Sebastián, decidimos mejor ir primero a Hondarribia para después dedicar toda la tarde a San Sebastián. En Hondarribia el tema del aparcamiento era caótico: menos mal que salió un coche y pudimos dejarlo al lado de un parque
donde tuvimos la suerte de coger un ascensor que nos llevaba al casco histórico. En primer lugar y pasando un arco antiguo del resto de la muralla, accedimos a la iglesia que la visitamos por dentro.
De alli, con algo de dificultad por una calle cuesta arriba, llegamos a la típica plaza de la población con sus casas balconadas de variados colores y con gran ambiente en los bares.

    Después de esta bonita visita, nos paramos abajo a comer cerca de un centro comercial unos platos combinados. Ya llegando a San Sebastián, con el tema del aparcamiento que ya sabíamos, tuvimos serias dificultades.

Decidimos probar en la Playa de la Concha donde también había el mismo problema pero como siempre, como no esperes a que alguien salga, no aparcas. Es todo caótico y eso que era zona azul.

    Después de una visita a la citada playa preguntamos las paradas del autobús turístico de dos plantas. Llegamos a la parada y ponía en el poste que pasaba a las 5 y media. Allí esperábamos y no llegaba. Se llamó a la oficina y el horario citado era desde el centro. Aparte, el tren ya no hacía paradas. Fue una tarde para olvidar. Ya mañana reservaremos el bus para llevarnos mejor sabor de boca debido a mi limitación. Ya que no se puede andar mucho con muleta, por lo menos que veamos la capital con comodidad sentados.

    Así, con todo esto, decidimos ya llegar al alojamiento Ametzagaña (ya antes intentamos llegar pero el gps no nos lo dejaba muy claro), así que para no perder tiempo en carretera decidimos irnos para la capital.

    Ya de vuelta estuvimos más pendientes circulando despacio y accediendo por una calle empinada dimos con el sitio. Para más dificultad, había que subir unas escaleras hasta la recepción, y otras tantas hasta la habitación con muletas. Pero ahi no termina la cuestión: otras tantas escaleras para subir al restaurante desde la habitación que era la 212. Cenamos allí e hicimos también el desayuno del día siguiente. El día fue redondo. Este alojamiento no está preparado para minusválidos o gente con movilidad reducida. La próxima vez me fijo mejor en estas circunstancias, aunque estas cosas no se reflejan cuando haces la reserva. Es imposible averiguar esto: te lo pintan todo muy bonito con fotos pero las escaleras no se ven.

DIA 12
28-Agosto-2021

    Desayunamos otra vez en el restaurante de arribqa y con mucha paciencia bajando las escaleras.

    Llegamos a San Sebastián con mucho tráfico y dejamos el coche en el parking Okendo, como nos recomendó el chico que nos cogió el teléfono para hacer la reserva. Arriba del parking, enfrente del hotel María Cristina paraba el bus turístico.

   Salimos sobre las 10 y media de la mañana recorriendo los diversos barrios, cada uno con su historia y con variados edificios y palacios de todo tipo, recorriendo también la playa de la Concha.
    Resulta curioso porque cada edificio y cada barrio tienen su historia, tanto por la guerra de la Independencia como otras de la historia: edificios que se habían derruido y otros donde famosos artistas y actores de cine hacían su presencia: Gary Cooper y Mata Hari entre otros. Esto lo pudimos saber a través de unos auriculares que nos dieron en la entrada del bus y con una extensa explicación de todo lo que acontece San Sebastián.

Aqui duró la visita una hora aproximadamente y de aquí partimos hacia Zumaya a ver la ermita de San Telmo.

    Al llegar a Zumaya observamos una localidad con parajes inmejorables para caminar en llano. El llamado Geoparque de la costa vasca abarca este municipio. Después de dar muchas vueltas con el coche, nuestro Gps nos señalaba por una carretera donde solo podían acceder los residentes. La verdad es que para llegar a la ermita no había otro camino, así que nos arriesgamos a que nos multaran
y por fin subiendo una cuesta ya nos encontramos con los acantilados sobre la playa de Itzurun.

    Un verdadero placer observar esas formaciones rocosas, e incluso con cuevas que asentaban encima a la ermita. Según información, su arquitectura es de tipo popular. En su interior destaca el retablo rococó del siglo XVIII de madera. En dicho retablo se sitúan las imágenes de Santiago y de Santa Clara.

    Despues de esta hermosa visita partimos al Santuario de San Ignacio de Loyola y allí en unos jardines enfrente de la Basílica nos comimos unos bocadillos de jamón con tomate.

    La apertura era a las 3 y media de la tarde, pero había un gran inconveniente debido a mi estado: un montón de escaleras para subir con muletas, pero nos enteramos que por detrás se situaba un ascensor, cosa que hicimos. Ya en la primera planta, al salir del ascensor, con mi grata sorpresa se hayaban con carritos de rueda, así que me monté en uno y así me ahorraría la sesión de muletazos que me esperaba, siempre ayudado de mi pareja. En la Basílica destaco el techo y las columnas que decoran la entrada. En la parte superior destaca la estatua del santo hecha en plata. El órgano constaba de 2700 tubos. El edificio fue según fuentes, fue diseñado por el arquitecto
italiano Carlo María Fontana. Desde el exterior se contempla la enorme cúpula de 65 metros de altura. Contar que San Ignacio de Loyola fue militar y
después se consagró a la iglesia católica. Se caracterizó por la obediencia absoluta al papa. Fundó la compañía de Jesús. Su primera dedicación fueron las armas siguiendo la tradición familiar pero tras resultar grávemente herido en la defensa de Pamplona contra los franceses, cambió por completo su orientación. La lectura de libros piadosos durante su convalescencia le decidió consagrarse a la religión.

    Al salir de la visita mi pareja me llevó hasta el mismo coche en carrito y después lo devolvió en el mismo sitio. Esto fue una anécdota más del viaje.

    Ya por último, y no estaba previsto, a 2 km se hallaba Azpeitia que alojaba un museo ferroviario alojado en una antigua estación, pero como era sábado y los fines de semana salía un tren de vapor y no de diesel, hicimos un recorrido de unos 40 minutos. La verdad es que resultó bastante ameno el paseo junto al valle. Al salir del vehículo nos indicó una chica que el museo se hallaba más allá, en un tren que visualizaba de color verde, pero yo ya no estaba ya con suficientes fuerzas como para andar con muletas.

    Nos alojamos en el hotel Euba ya sobre las 7 de la tarde, todo rodeado de verde, con una gran habitación y cuarto de baño, incluso con una pequeña terraza con dos sillas y una mesa.

    Reflejando ya estas últimas líneas estoy ya sufriendo mucho agotamiento y sueño. Ha sido un día bastante completo y bien aprovechado.

    Hemos cenado en el restaurante del hotel muy bien. Ahora noto en el pie una marca de edema y cianosis, pero supongo que eso forma parte de la lesión y debe seguir su curso después de la ya mencionada aparatosa caída.

DIA 13
29-Agosto-2021

    En primer lugar fuimos a Guernika a ver el Museo de la Paz, que por lo visto está todo muy bien montado: consta de tres planta y con ascensor.

El pasado de esta población queda patente en su
presente. Se ha convertido en uno de los espacios vascos más conocidos a nivel internacional. Este hecho, es consecuencia del atroz bombardeo que sufrió de manos de fuerzas aéreas alemanas (no como Franco que dijo que eran los rojos: otra de las farsas que se difundieron durante la Guerra Civil española.

    El cuadro de Picasso, el Guernika, recoge este histórico en la que en cada pincelada plasma el dolor y el sufrimiento del pueblo vasco.

    Este bombardeo destruyó más del 80% de los inmuebles: solo edificios como la Casa de Juntas, y también (que resulta raro y curioso) la fábrica de armas donde más de un centenar fue a refugiarse.

    En otra de las salas se expuso una proyección en la que varios supervivientes contaron el horror de aquellos días. Algunos narraban que se escondían debajo de matorrales, otros en dicha fábrica, otros que presenciaron siendo niños cuerpos muertos...
y que contaba una señora mayor que sabían que iban a bombardear, pero sabían cuándo.

    Resumiendo, es es uno de los museos más importantes de Vizcaya. Renunciar a olvidar, "Renunciar a la venganza": este era uno de los lemas. En una fotografía se ve al embajador de Alemania pidiendo perdón porque se sintió responsable del bombardeo alemán.

    Hay restos de bombas, pistolas, escombros, portadas de periódicos...

    De Guernika, que nos sobrecogió bastante, nos dirijimos a Mundaka. Esta población tiene una privilegiada situación y es uno de los destinos turísticos de Vizcaya.

Eso se quedó reflejado y patente al entrar en la población, aparte era domingo. Se nos pasó por alto visitar la ermita de Santa Catalina.

    Con Urdaibai, idem de idem, con el tema de turismo y aparcamiento. Contar que posee dos grandes arenales aunque apenas los separan unos cuatro kilómetros. Laida es la playa más grande y Laga es la más hermosa con dunas estilo salvaje y abierta al mar. Las pudimos ver desde arriba caminando por un camino dejando el coche en el único hueco en la carretera que había.

    La visita a Bermeo fue desconcertante. No pudimos elegir peor el día para visitarlo (domingo): gente que manaba de todos sitios, sin aparcamiento y para colmo no pudimos visitar el Museo del Pescador alojado en el puerto, que tanta ilusión me hacía.

    Decidimos ya sobre las 5 partir a la casa rural de Iturbe, a la que nos costó mucho llegar, ya que el Gps nos lió bastante. Tuvimos que preguntar a
gente de los chalets de al lado dos veces. Después de recorrer una carretera de montaña llegamos y nos recibió un chivo buscando a su madre, o es que estaba desorientado.

    La casa tiene una fenomenal ubicación en plena naturaleza, y un sonido de agua de fondo de un riachuelo.
La dueña nos dijo que no disponía de comida para la cena, pero que a 3 km abajo en el pueblo se encontraba la población de Altamira y alli nos prepararían el menú para la noche, ya que por esa carretera de noche podría resultar peligroso.

Reflejando estas líneas se acercó un cariñoso gatito amarillo, que por cierto, durante la cena se quedó detrás de la ventana esperando a ver si caía algo.

DIA 14
30-Agosto-2021    

    Desayunamos muy bien en la casa rural: éramos solo cuatro personas y en ambiente agradable.

    De alli fuimos a visitar la ermita de San Juan de 
Gazteluartxe aprovechando que era lunes y no abría tanta gente. Dejamos bien el coche en uno de los aparcamientos y cuando iniciamos el sendero de la ermita, una chica nos recomendó una vez viéndome el estado en el que me encontraba, que no estaba en condiciones para acceder y le di mi código por si lo necesitaba otra persona.

Nos recomendó un mirador un poco más arriba, y la verdad es que se pudo divisar bien la ermita.

    Enclavada en una roca al lado del acantilado. El acceso, por lo que pude investigar después, eran unas escaleras que estaba cortadas por peligro de derrumbe, con el consiguiente camino de tierra para acceder a ellas.

    Ibamos a visitar el cabo de Machichaco pero era muy tarde y podría esta el lugar abarrotado de gente, así que decidimos ir a conocer la capital de Bilbao y disfrutar más del alojamiento en el hotel Meliá Bilbao, que disponía de piscina en el sexto piso y una sala de spa.

    La capital la conocimos entrando en el museo Guguenheim cogiendo enfrente del hotel un tranvía y en una parada ya estábamos allí.

    A la entrada del museo divisé muchas escaleras, pero preguntamos a un vigilante amable, y disponían de un ascensor. Incluso nos proporcionaron un carrito para no hacer la visita tan cansina con muletas. Constaba de tres plantas. Ya de por si, por fuera es una obra de arte. El paseo por dentro fue una muestra de arte 
contemporáneo y con proyeccion de cine antiguo y de danza. Por fuera, las clásicas estatuas de unas bolas plateadas, una araña gigante y el perro lleno de flores.

    Después de la visita cogimos el bus turístico igual que en San Sebastián y visitamos la capital destacando el estado de San Mamés y el casco antiguo con sus palacetes.

    Nos recogimos sobre las 7 descansamos algo y después sobre las 10 menos cuarto fuimos al bufette y comimos unos platos de cocretas, trozos de salmón, queso y una variedad de pasteles ya de postre. En fin, comimos muy bien.

DIA 15
31-Agosto-2021

    Nuestro primer objetivo era hoy el molino de Aixerrota, pero cuando llegamos a este, estaba cerrado. Consulté en la página web y abrían a las 13:15 h. Eran las 1100 y muy temprano para esperar, así que nos acercamos por un jardín que daba al acantilado, y nos deleitamos con el paisaje marino esperando la apertura del molino.

    Mirando el reloj, pensamos que podíamos visitar otro lugar como el faro Galea que se encontraba a dos kilómetros solo de allí.  

La gente del lugar se ponía el bañador tendidos en la hierba tomando el sol, ya que aquí pocos días al año hay sol como hoy. El faro estaba apenas perceptible en su base, y la parte de abajo había sufrido estragos de vandalismo con pintadas graffittis. 

    Al volver al molino de Aixerrota nos dijeron una señoras que estaban sentadas en un banco que estaba cerrado y no abría hace tiempo. También unos trabajadores que faenaban por allí nos lo ratificaron, cosa que por teléfono la de la Agencia de Turismo.

    Nos marchamos a Ciérvana, aparcamos cerca de una cafetería y nos pedimos dos vermuts. Alli, en la mesa de al lado entablamos conversación con tres señoras mayores y entre las conversaciones, una nos recomendó que fuéramos a Las Arenas y cogiéramos el transbordador.

Pasamos con el coche al otro lado del río. Duró solo dos minutos el transporte. Nos habíamos ahorrado 20 km más o menos para ir a Santurce. Allí, pasados unos kilómetros vimos la playa de las Arenas, toda saturadas de aparcamientos, hasta que al final salía uno como siempre y lo dejamos.

    Se accedía por un puente y ahí vimos una playa muy coqueta, con su formación rocosa a un lado y con agua bastante calmada. Fue mucha gente ese día, al igual que en Ciérvana. Es agosto y no se puede evitar.

    Después de tomar algunas fotos y contemplar el paisaje marino nos dirigimos ya al hotel a las 17:30h: hotel San Jorge en Santurce.

    Llamamos al hotel y nos iba a recibir un señor regordete que nos indicó el parking de este. Al recibir el mensaje de que estaba accidentado con muletas nos dieron una habitación cerca del
ascensor. En este se encontraba un cartel que decía que el parking no estaba incluido en el precio de la habitación. Me da la impresión de que éste se lo ha callado cuando nos recibió. De todas formas es horrible buscar sitio. Para mañana entraremos ya en Cantabria.

    La vista desde la habitación ofrecía un tejado de una vivienda lleno de gaviotas. Para mañana estaremos en Cantabria.

DIA 16
1-Septiembre-2021

    Empezamos nuestro día visitando Castro Urdiales con su iglesia de Santa María de la Anunciación. Es una iglesia imponente, preciosa por dentro, más que la fachada, esta iglesia está considerada una de las más importantes del norte del país, incluso vimos en su interior una pintura de Zurbarán.

    De allí, al castillo-faro, que después de dar vueltas y vueltas, se encontraba detrás de la citada iglesia. Este monumento llamado castillo de Santa Ana es otra de las joyas de Castro Urdiales. En su interior se construyó un faro, pero no está en funcionamiento.

    Pasamos por varios palacios de todo tipo y color.

    A la vuelta del castillo nos paramos en una especie de cueva con una playa de chinos de donde partía el agua. Ya la última parada en esta población fue el Cementerio de la Ballena, ya que
me informé de que era otra visita imprescindible. Tiene vistas al mar y posee preciosos panteones. Tenìa buena limpieza y cuidado. Vimos también dentro una colonia de gatos: en un cartel ponía lo referido y que estaba prohibido darles de comer.

    Después paramos en Guriezo, que aunque no estaba para ruta fluvial, pero quisimos recorrer el entorno natural.

     Paramos en un bar para tomarnos un respiro y pedir dos vermuts. Le sugerimos que nos preparara un bocadillo de tortilla, que allí elaboraba, aparte del pan que vendían por cierto muy bueno.

    Visitamos una iglesia subiendo por una cuesta de cuyo nombre no me acuerdo. El paseo fue fresquito y agradable con un montón de vacas en aquellos campos.

    La última visita antes de parar en Liérganes fue el cabo del Ajo, pero antes sin ver unas vistas
espectaculares al lado de unas cuevas. Llegando al citado cabo, aparcamos en la inmediaciones y ya a senda hasta el faro era peatonal. Un faro un tanto moderno, ya que lo habían decorado multicolor. Hicimos unas pocas de fotos y marchamos ya al hotel Balneario de Liérganes donde dormiríamos esta noche.

    En recepción, después de tomarnos unos cafés, solicitamos una silla de ruedas para ir más cómodo en el paseo hacia el centro del pueblo. Llamó la recepcionista al balneario y nos proporcionaron uno. !Que bien! No sabía lo que me iba a ahorrar en muletazos. 

    Recien duchado, ahora son las 19:25H de la tarde cuando reflejo estas líneas. Por la tarde ya nos quedamos en el alojamiento, ya que daba agua el tiempo. Comimos en un bar llamado Garaje que se encontraba a pocos metros del balneario. Me recogió María José y me llevó ya que para ir con muletas era algo largo el paseo. Tuvo que aparcar otra vez en el alojamiento porque por allí no había sitio.

    Cenamos una ensalada de aguacate con bacalao, pasas, piñones... un enorme variado. De segundo una fuente de cocretas.

DIA 2  2-Septiembre-2021

    Ha estado casi toda la noche lloviendo y creo que va a seguir por lo menos hasta primeras horas del dia. María José tiene piscina a las 10. Desayunamos a las 9. Nuestro primer punto era Llerana pero con algunas gotas de lluvia hicimos una ruta corta por el Puente Mayor de origen romano con algunas gotas de lluvia leves de compañía.

Aquí se encontraba el Hombre-Pez, algo gastado en su coronilla por el "manoseo" del turista.

    Es un puente construído a base de piedra extraídas del propio río Miera que recorría debajo suya. La verdad es que era uno de los lugares más bonitos de Liérganes.

    En cuanto a la estatua del Hombre es de bronce y se supones que es un vecino del pueblo llamado Francisco de la Vega. Al observar su cuerpo podemos observar el detalle de las escamas en su espalda. 

    A las 11 partimos ya hacia Llerana, pero con tan mala suerte que el acceso estaba cortado y reconducimos el coche por un bonito sendero frondoso para poder acceder a la población.

    Llerana es una preciosa y siempre verde villa perteneciente al valle de Pas-Miera. Es un lugar con encanto, unido a la tranquilidad y belleza natural del entorno.

    Visitamos primero la Iglesia Parroqiual de San Lorenzo, del siglo XII. Estaba cerrada y en unos poyetes nos comimos los bocadillos: el de tortilla
de ayer que sobró y el de sardinas. Después vimos los antiguos molinos a orillas del río Rubionzo. El museo de Indianos del Valle no lo pudimos visitar.

    Alli nos tomamos en un café un par de vemuts y preguntamos cómo se dirigía uno a Vega de Pas, porque volvimos otra vez a tropezar con la carretera cortada.

    Llegando a Vega de Pas dejamos el equipaje en la Posada La Braniza donde dormiremos esta noche. Al parar a preguntar vimos la viva estampa de cuatro señoras sentadas en el umbral de la
entrada. Nos atendió una mujer mayor también con muletas, igual que yo. Le preguntamos por el tema de la cena y nos indicó tres bares en el pueblo. Nos recomendó uno en particular que preparaban comida para llevar: fuimos a este y nos dijo que hasta las 8 y media no cocinaban, llegamos a otro y no preparaban cena, así que nos quedaba uno y con suerte nos hizo la comida. Se llamaba Restaurante La Terraza. Nos preparó un plato de pimientos, una ensalada con frutos secos y lechuga de la huerta, y de postre una crema pasiega acompañado de dos cervezas. Ya la mujer nos dijo que podíamos traernos la cena aqui y comer en la terraza.

    Mientras cenábamos veíamos a varias ovejas pastando al lado en un campo verde intercambiando con el sonido de sus cencerros. Ya reflejando estas líneas las volvía a ver a través de la ventana de la habitación.

    Se me olvidó decir que visitamos un museo etnográfico de las tres villas situado en la entrada. Se hizo un recorrido por toda la comarca y recordando que había que tener concienciación con el Medio Ambiente, sobre todo nuestros bosques. Abajo, entrando se ve la estatua de una vaca con su ternero y una banqueta donde se pone el que ordeña. Arriba, instrumentos de oficios típicos de toda la vida: carpintería, labranza... Tambien se hallaban expuestas unas láminas haciendo mención al doctor Madrazo nacido aquí y que fue un gran renovador de la cirugía española, y junto a él otros colegas suyos con sus ponencias.

    Son ahora las 19:40 h y sigue lloviendo finamente en el valle.

    DIA 18  3-Septiembre-2021

    Después del desayuno dejamos la habitación y nos dirigimos a Espinaredo, no sin antes devolver los envases y demás cubiertos al del restaurante La Terraza. Era temprano y no abrían hasta las 11, asi que se lo dejamos en la puerta.

    Espinaredo es un pueblo precioso y bien valió la pena hacer la ruta de los hórreos que el gobierno ha querido rehabilitarlos por Patrimonio Nacional.

A la entrada, un abuelo se quejaba de que en el pueblo entraba mucha gente últimamente, y con razón. Ya no se estaba tranquilo como antes, y eso lo pudimos comprobar después.

    Posterior al recorrido por los hórreos, se observó un riachuelo que se encontraba detrás de la iglesia. Allí paramos a comer en un mesón situado en la plaza y nos atendió un señor bastante majo. Nos ofreció un menú que se basaba como primer plato un pote con todos sus avíos, un cachopo que
resultaba ser un san jacobo y como último, un plato de carne de ciervo con patatas, que por cierto estaba muy tierno. Ya no podíamos más y no pedimos ni el postre. Tardamos bastante alli, entre que nos atendieron y nos sirvieron el menú,... y aparte lo acompañamos por una botella de sidra.

    Nuestro próximo destino fue el Castillo de Valdés Salas, que no era otra cosa que un parador de turismo, aunque vimos la gran torre y después dentro un gran jardín con veladores. Curiosamente se estaba celebrando aquella tarde un campeonato de rally de coches de última moda y de diversa gama.

    Decir del castillo que es una construcción de mampostería y cantería. Fue casa de la falmilia Valdés Salas, cuyo miembro más conocido es Fernando Valdés Salas, religioso e inquisidor, enterrado en la Colegiata de Santa María la Mayor y que nació en esta población.

    Último punto a visitar fue Oneta, para visitar sus cascadas. El GPS nos llevó por un camino de montaña, con el precipicio al lado y sin
quitamiedos. Ya con una incertidumbre en los cambios de rasante porque no sabías donde iba a parar el tramo: si izquierda o derecha. Después de pasar este mal trago por fin llegamos a Oneta, con un buen aparcamiento habilitado antes del inicio de la ruta, que años antes era un solar de tierra.

    María José fue la que la hizo. Yo ya las había visto otros años. Las cascadas son un conjunto de tres saltos de agua: el primero en apenas 900 metros tras el comienzo, discurriendo el río Acebo entre rocas y numerosos pozos.

    El sonido constante, de gran potencia acústica, viene acompañado de ráfagas continuadas de viento que provocan la gran caída. La verdad es que son muchos los visitantes que llegan a la primera cascada y pocos lo que dan con el camino hacia la segunda. Este caso fue de ella, ya que era muy tarde y se iba a hacer de noche. En resumen, una maravilla de lugar el cual repetiría otro año.

    Esta noche dormimos en el hotel Ros Mary de Ribadeo, al cual turismo dificultades para acceder porque la calle era sentido prohibido. Nos fuimos por detrás y también estaba igualmente prohibido. Le preguntamos a un matrimonio mayor que nos dijo que para acceder al hotel y dejar las maletas si se permitía. El coche lo dejé en un sitio recomendado por el dueño del establecimiento, al lado del hotel Eo: un poco retirado para ir andando con muletas, y menos mal que me lesioné el tobillo izquierdo y el coche era automático manejando solo el pie derecho....

    En fin, comimos en un bar cerca del hotel un plato de mejillones al vapor y otro de lomo con guarnición de ensalada, ya que las patatas las teníamos aborrecidas, jjaja.

    En fin, son las 0:30h y nos espera mañana por la mañana la visita a la playa de Las Catedrales.

    DIA 19  4-Septiembre-2021

    Nos levantamos sobre las 9 y desayunamos en el bar que tenían ellos debajo. Después de dejar las maletas en el coche, teníamos la playa de Las Catedrales a 6 km, a la que accedimos con un pase del hotel. Fue ella la que accedió. Yo no estaba en condiciones y aparte ya la había visto en dos ocasiones. Me quedé arriba en el paseo marítimo, y me desplazaba ya apoyando algo el pie.

    Después de la citada playa emprendimos rumbo a Mazanovo, al que accedimos casi en la puerta, ya que el aparcamiento se encontraba arriba y era mucho bajar un montón de escaleras.

    Este museo es el más grande de molinos del mundo, y aparte es reconocido mundialmente por la Unesco. Consta de varias salas en donde se exponen diversos tipos de molienda del grano, desde el método más primitivo al más moderno.

    Otra de las salas la molienda era friccionando dos grandes piedras mediante la entrada de un chorro de agua accionado por una noria.

    En la parte de fuera se exponían varias técnicas: una de ellas por medio del agua como siempre propulsando dos grandes mazos que hacían de percutores. Pequeños saltos de agua amenizaban la parte exterior. Muy bien expuesto todo y muy interesante.

    Próxima visita a Os Teixois, donde el próximo pase de visita guiada era a las 3, y nos quedaban dos horas. Aparte las mesas del restaurante estaban todas reservadas, así que dimos la vuelta por el entorno con esas casas de techo de pizarra tan típicas de estos parajes, seguramente para aguantar bien las nevadas.

    Era la hora de almorzar y en el citado restaurante no se podía almorzar hasta las 3 y media. Había un restaurante de otro año que se encontraba enclavado en plena naturaleza, con un río pasando al lado, pero no me acordaba del nombre. Buscamos por internet restaurantes de la zona y me pareció interesante uno que se llamaba "As Veigas": llegamos a él con la sorpresa de que era el mismo que visité hace años.

    Llegamos alli diciendo que habíamos reservado una mesa para dos por teléfono. La camarera nos quiso meter dentro del mesón donde las mesas tenìan la luz de una vela. Le insistimos que queríamos estar fuera mientras comíamos para disfrutar de la naturaleza al lado, pero ella nos contestó que no servían fuera y que tenían poco personal, así que abandonamos el sitio y carretera arrib a vimos una señal de restaurante pero había que subir una pista forestal de un kilómetro y medio. Volvimos el coche y pusimos el GPS dirección a Astorga, a ver si veíamos uno por el camino. Era sábado y estaba todo lleno.

    En un pueblo llamado Pontenova hayamos uno que estaba metido dentro y por lo visto era una asociación cultural: pedimos unos sandwiches vegetales, que era lo más normalito que había alli, salvando hamburguesas y bocadillos. No había elección debido a la hora. Ah! por lo visto la camarera era de Utrera y venía de vez en cuando por aqui, ya que su padre había sido militar. El bar no prometía de estar en buenas condiciones de limpieza, la verdad, !pero qué íbamos a hacer!

    Llegamos a Astorga pasada hora y pico de camino. No me imaginé que se encontrara tan lejos. Aparcamos bie, cerca de una iglesia que nos daba la bienvenida. Recorriendo toda la calle abajo fuimos a parar a la Plaza de España donde nos tomamos unos cafés: ya antes paramos en un área de servicio porque nos vencía el sueño.

    Curiosamente en esta plaza se encontraba el edificio del Ayuntamiento destacando las diversas gárgolas que contenía y los dos muñecos situados al lado de la campana. Me imagino que funcionarían en las fiestas, ya que daban las horas y no se movían. 

    El palacio de Gaudí ya a las 7 se encontraba cerrado, pero nos tendríamos que dar prisa para visitar la Catedral. (Ya la mujer de la taquilla nos advirtió que no nos podríamos entretener mucho. Yo en mi situación a base de muletazos iba a verlo tranquilamente y encima después de cobrarnos 6 euros la entrada, no íbamos a ir a la carrerilla...
La visita, aunque solo de media hora fue muy aprovechable. Era preciosa por dentro todas sus capillas, con sus cristaleras y todo... y un coro con un Cristo muy alto presidiéndolo.

    A la hora de dormir tocaba Luyego de Somoza, en la posada del Arriero. Al llegar y dejar los carnets para hacer el cheking le preguntamos a la muchacha del alojamiento si ponía de comer. Nos respondió que tenía prohibido entrar en la cocina Uno de los que estaba sentado afuera recomendó Casa Kika: ésta se encontraba cerrada. Muy cerca, pero escondido se encontraba el restaurante llamado Hotel Camino donde cenamos excelente. Al entrar nos sorprendió todo: era todo un museo, y desde los relojes de pared (uno de ellos funcionaba bien pero tocaba ligero las campanadas), fotos antiguas, un gran cuadro encima nuestra, unas magestuosas lámparas y mucho más.

    Comimos de entrada una ensalada de frutos secos que tanto repetíamos, de segundo un buen plato de bacalao gratinado con setas, todo para compartir, así como la tarta de queso de postre.

    La camarera, que era la dueña, antes de irnos, me hizo un comentario sobre un curandero que le sanó el pie con un esguince como el mìo y a los dos días salió andando, así como un mùsculo que le impedía flexionar el brazo derecho hacia detrás, así como su movilidad.

    La verdad es que quedamos prendados del lugar y del trato excelente del servicio en general. Por lo visto, aunque algo escondido, en julio y agosto tuvieron muchos clientes. Ahora en septiembre había bajado notablemente.

    Al regresar al alojamiento nos hizo dar la vuelta al sitio por un camino para entrar en las habitaciones cuando a travès del comedor se accedía directamente. No comprendo como viéndome a mi con muletas nos hizo andar más. Según ella, se lo tenían prohibido. Ahí no terminó el tema: al entrar ella en la habitación se dio cuenta de que estaba ocupada con un macuto encima de la cama y un pantalón corto más allá. Al rato llegaron un matrimonio que resultaban ser los dueños y nos pidieron disculpas, que ya habían tenido en más ocasiones problemas con la muchacha. Nos dieron dos opciones: o en la planta de arriba, cosa que no, y una habitación abajo con camas separadas. Lógicamente esta ùltima.

    Esta noche me quitè el vendaje en la ducha con mucho trabajo ya que se trataba de una venda de estas que se pegan. Me echè pomada antiinflamatoria y al día siguiente me puse otra venda normal elástica, ya que el aspecto del pie edematizado no tenìa todavía buena pinta.

DIA 20
5-Septiembre-2021

    El desayuno de la posada fue bastante regular: el pan era el que mejor aspecto tenía aunque le habían echado mantequilla. Seguro.

    Nuestra primera visita fue Castrillo de los Polvazares, aunque volviendo a Astorga otra vez para acceder al pueblo.

    Ha merecido que fuera declarado Conjunto Histórico Artístico.

Está tan bien conservado que parece un museo. Está formado por casas arrieras.
Hoy vive del turismo. Es la población conocida por el cocido maragato.

    De aqui, a Camarzana de Tera donde tuvimos la mala suerte de que la iglesia de Santa Marta la habían cerrado hace poco y no abrían hasta las 5, pero era mucho esperar. Mereció contemplar sus portadas entre una de las cuales está el apóstol Santiago.

    Después fuimos a Tábara e idem de idem: domingo y lunes cerrado. "no debe de haber turismo estos días al parecer". Ah! Se me olvidaba que al salir de Camarzana paramos en un lugar con césped al lado de un río donde comimos muy bien.

    Volviendo a hablar de Tábara (salvando la política de turismo que tiene) es un pueblo con historia. En los terrenos que se levantaron, la iglesia se construyó donde estaba el monasterio antes. El templo está dedicado a Santa María de Tábara.

    En Camarzana (se me olvidó) se encontraban unos restos romanos donde se muestran unos espectaculares mosaicos. Este yacimiento por lo
visto se encontró de casualidad, ya que un señor compró un solar y al hacer los cimientos de la vivienda se encontró con la sorpresa, y que resulta eran muchos metros cuadrados, lo cedió al ayuntamiento por un precio módico. Estos datan del siglo IV antes de Cristo.

    De aquí, sobre las 5 y media, partimos ya al sitio que íbamos a dormir: Manganeses de la Lampreana (!vaya con el nombre!).

    Llegado al alojamiento y circulando por calles estrechas llegamos y nos informó la dueña que era un primero y con escaleras. Así que estudiamos la posibilidad de un alojamiento alternativo, y aconsejado por ella elegimos el hotel Dos Infantas de Zamora capital. La habitación estaba a la espera de ser confirmada por otra pareja y podíamos anular la reserva antes de las 6 de la tarde sin ningún coste.

    Así que partimos a dicha capital y el de mañana también dormiríamos en este. Teníamos una reserva en el hotel Ilunion aunque nos cobraron la mitad por anulación. Son políticas un poco usureras de algunos alojamientos.

    Estamos en el centro a pocos metros. Daremos una pequeña vuelta esta noche.

DIA 21
6-Septiembre-2021

    Hoy amanecimos en Zamora en el hotel Dos Infantas. Anoche dimos un paseo (yo como pude) hasta la Plaza Mayor encontrándonos por el camino dos hermosas iglesias románicas. En la Plaza se
hallaba un mercadillo medieval y de lejos se oía un grupo de gaiteros amenizando. Allí mismo, frente a una iglesia y la estatua de los dos nazarenos (uno con tambor y el otro con un instrumento de viento)  nos pusimos a cenar.

    La vuelta fue algo dura hacia el hotel porque el cansancio hizo mella de todo el día.

    Ahora cuando son las 10:30h de la mañana María José ha ido a una ortopedia de aqui a 750 metros a alquilar un carrito para mi para hacer más llevadero el paseo. Está el tiempo nublado amenazando lluvia, pero he visto que después
abrirá el día (eso espero). Tenemos intención de ver con más detenimiento las iglesias de anoche y la Catedral. Ah! y haber cúanto me llevan por arreglar mi móvil, que hay una tienda aquí al lado del hotel. Me costó solo 40 euros pero por lo menos ya podía hacer mis fotos y recibir llamadas. Esto está muy bien ya que lo tienes todo al lado: la ortopedia, la tienda de móviles, el centro...

    Nos fuimos primero derecho a la Catedral después de esperar más de lo debido en la tienda. Ya estaba en mi carrito y más cómodamente. De camino visitamos una iglesia de las que vimos anoche de paseo. Me costó trabajo encontrar la rampa de acceso para carro. Al entrar, un muchacho nos comentó que aquí en Zamora todos los monumentos tenían acceso para minusválidos.

    Llegamos a la Catedral sobre las 12 y media después de tomarnos un par de vermuts en un bar cerca de la oficina de turismo y de un mirador que después descubrimos desde donde se divisaba una buena panorámica del puente de piedra y el río Duero con sus escalonadas aguas.

    Decir de la Catedral que está inscrita dentro del románico del Duero. Tiene un espectacular cimborrio bizantino. Junto a este está la puerta del Obispo, quizás sea la pieza más valiosa. Dentro está el museo catedralicio desde el claustro. Aquí se encuentran una gran colección de tapices flamencos al que no pude acceder (no había ascensor). A María José le dije que fuera que no me importaba.  Tiene hermosas capillas y bóveda. Le pregunté al de la taquilla dónde se encontraba el cuadro de la Mosca: me contestó que en la Colegiata de Toro. Yo realmente lo vi en el 2004 dentro de la Catedral. De eso si lo tengo cierto. Y si era en la citada colegiata, estaba cerrada cuando fui porque era lunes.

    A la vuelta comimos en el mismo bar donde nos tomamos los vermuts. Al lado, el mirador del río Duero que lo recorrimos ya por la tarde a lo largo del paseo apreciando mi lugar favorito de hace tiempo, con sus saltos de agua y sus escalones. 

A lo lejos se apreciaba una pequeña cascada.

    Antes de este paseo nos pasamos por El Perdigón para visitar sus bodegas subterráneas y sin fortuna. Estaban todas cerradas porque era lunes. Vimos a lo lejos un cartel de "ABIERTO" y cuando había bajado con muletas casi la mitad de sus escaleras, se asomó un hombre para decirnos que estaba cerrado. Nos dijo la posibilidad de visitarlo sin consumir, pero ella y yo desistimos: teníamos gana de tomar un vino tipico con queso. Podían haber recogido el cartel en vez de engañar al turista.  Volvimos otra vez a Zamora.

    Cenamos en un bar cerca del hotel donde nos pusieron una cazuela de huevos rotos con chorizo, sin antes comer una tapa de queso en aceite. Con la cazuela empezamos a respirar ya que veíamos chorizo por todos sitios tapando los huevos y las patatas, y la verdad es que después de esto no nos cabría más en nuestros estómagos. Incluso le pedimos al camarero si nos podría traer un taper para llevarnos lo que sobró. Ni postre pedimos de lo consistente del plato.

    Ahora son las 23:00h y haremos tiempo para digerir este menú y acostarnos.

DIA 22
7-Septiembre-2021

    Salimos sobre las 10 y media del hotel poniendo rumbo a Masueco, ya en la provincia de Salamanca, por si podíamos pillar algo de agua en El Pozo de los Humos.

    En el camino (y ya desde ayer) vimos el testigo luminoso en el coche del aceite, paramos en una gasolinera y la chica no entendía nada de aceites. Llamamos al seguro y dijo que en media hora llegaba, después llamó diciendo que se iba a retrasar algo más.

    Al llegar miró los papeles del coche y el libro de instrucciones y no daba con la marca de aceite que necesitaba. Llamó al seguro y nos dijo que iba a remolcarl el vehículo en la grúa y nos iba a proporcionar un taxi para desplazarnos a Zamora capital donde se encontraba el taller más próximo. Le contestamos que el coche no reflejaba ninguna avería y que sólo necesitaba aceite. Llamó a Renting y cuando le dió la orden fue a por la marca de aceites después de hablar con el mecánico.

    Mientras que venían a traer el aceite nos papeamos lo que sobró de anoche, que lo guardamos en un tape. Vino el muchacho con el hermano que es el que trajo el aceite: nos echó solo medio litro y que con eso tendríamos bastante. El otro medio litro dijo que se lo quedaba.

    En el camino hacia Masueco nos paramos en una venta al lado de la carretera donde nos comimos un menú, ya que se nos echó la hora encima. Nos quedaban todavía unos setentitantos kilómetros para llegar. Nos cayeron solo cuatro gotas de agua por el camino. El GPS nos metió por todo el pueblo de Fermoselle, así que como ya sabemos cómo se las gasta, salimos de la población y reconducimos la ruta: llega un momento que te metes en carretera en plena sierra con mucha curva y algunas muy cerradas.

    Ya en Masueco vimos el indicativo de Pozo de los Humos: nos metimos por un camino rural hasta donde pudimos, ya que había una valla que te indicaba que el resto había que hacerlo a pie.

Nosotros ni  vimos ni oímos sonidos de agua. María José se aventuró y fue cuesta abajo para ver si veía algo, pero la cascada se encontraba seca. En un merendero donde se dejó el coche se ubicaba un cartel informativo del lugar y citaba a Unamuno que se quedó prendado del paisaje y lo concluye con un extracto de una de sus obras. Incluye también el tipo de fauna del lugar: buitres leonados, águilas
reales...

    El camino de vuelta lo realizamos por el mismo lugar a pesar de la prohibición: más valía ir por lo seguro, y aparte era un martes y no habría nadie. A la vuelta vimos un cartel reconduciendo la ruta donde ponía que se encontraba un embarcadero y se cogía un barco para recorrer el río Duero, así que fuimos a investigar y después de cinco kilómetros de curvas muy cerradas y un precipicio con el que te echabas a temblar llegamos por fin.

    El paseo fue agradable, lo cogimos sobre las 6 de la tarde que era el último en salir (tuvimos suerte a pesar de todo). La verdad es que el ticket era un tanto abusivo: 18 euros por persona.


    Dió la guía una explicación en el viaje de ida sobre como se las ingeniaban los pastores con su rebaño y cómo le quitaban a las águilas la comida de su nido debido a la necesidad. Claro, a ellos les cazaban algunas veces algún chivo que otro o algo parecido. Duró hora y media la travesía.

    Al llegar a Aldeadávila de la Rivera entramos en el hotel rural de La Jara. Nos atendió una mujer con malas pulgas y nos dijo que allí no tenían sitio. Yo le enseñé a continuación mi reserva por Booking y a continuación hizo una llamada y nos mandó a otro alojamiento cerca de allí: El Portal de los Arribes, donde una señora nos atendió muy amable, mejor que en el otro sitio.

Aparte tenía unas escaleras más cómodas que en el otro alojamiento que eran muy empinadas. Yo cuando las vi me dije para mismo que no las subía.

    La dueña del alojamiento nos comentó que esta incidencia también la había tenido más de una vez con otros clientes. En ese momento entró una pareja a los que también mandó para este sitio.

    En el pueblo tapeamos unos pinchitos ricos en el bar Central, al lado de la iglesia. Nos recogimos sobre las 10.

DIA 23  8-Septiembre-2021

    El desayuno fue a las 9 y muy bueno. Nos prepararon un surtido variado: tres tarros de mermeladas caseras hechas por la dueña, unos roscos con azúcar, mantequilla, sobaos.... y naturalmente nuestros cafés.

    Al recoger todo y llevar el equipaje al coche, la mujer se ofreció a ayudarnos. La verdad es que dista mucho en el trato con respecto al otro alojamiento. 

    Ibamos a ir a Salamanca, pero había  mucho que andar para mi pie y las muletas, así que nos dirijimos a Ciudad Rodrigo, villa medieval donde las haya y en la entrada divisándose parte de su antigua muralla.

    Precisamente, a la entrada se encontraba un gran parking gratuito y de allí accedimos por un arco a la capital. Nada menos entrar nos topamos con su enorme Catedral.

    Nos costó entrar unos 6 euros, siempre con escalones que sortear, sin acceso para minusválidos. La Catedral está dedicada a Santa María. La verdad es que es una de las obras más bellas de Salamanca. Se trata de que en sus inicios era de carácter románico aunque tuvo su transición al gótico. El Pórtico del perdón o de la Gloria es la entrada principal. Los relieves representan la coronación de la Virgen.
    De aquí llegamos a la Plaza Mayor cuya plaza se convierte en un coso taurino de madera. Se transforma en una plaza rectangular coincidiendo con las fechas anteriores a la Cuaresma. Aquí mismo nos picamos unos mejillones rellenos y después unas banderillas de langostinos. 

    Decir que el patrón de la ciudad es San Sebastián. El Ayuntamiento también fue nuestro punto de interés, de estilo renacentista con dos torreones a ambos lados y dos cañones escoltando la entrada del recinto.

    Estando en el almuerzo cayeron algunas gotas de lluvia pero de poca importancia.

    El castillo lo íbamos a visitar pero nos enteramos que era Parador de Turismo, así que dejamos ya esta preciosa villa y visitamos después La Alberca.

    Esta población, hermosa y serena se muestra al mundo como un lugar de retiro para el alma.

    Aparcamos en un parking a la entrada que nos costó 3,5 euros y desde aquí hicimos ya el recorrido a pie. La Plaza Mayor es una de las más bonitas plazas rurales que se conocen. Destaca por sus bellísimos balcones y soportales con columnas de granito que la rodean. En uno de los extremos, descentrado hay un crucero de granito con algunos símbolos de la Pasión y Cristo crucificado. En uno de sus laterales se encuentra el Ayuntamiento que fue siglos atrás cárcel del municipio. Estaba todo lleno de locales comerciales y restaurantes.

    A la salida de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, vimos una tienda que nos llamó la atención por un panal con abejas vivas metidas en una urna: era una tienda de miel, pero procedente directamente del apicultor. Compré dos tarros de un kilo y dos jabones de lavanda.

    De la citada iglesia había que destacar la hornacina dedicada a las ánimas en su exterior. En la citada hornacina, dos calaveras humanas y un candil. A los pies de esta se encuentra el "Marrano de San Antón", que es una representación en piedra de un cerdo, como una de las tradiciones de La Alberca.

    Cabe destacar que entre las estrechas calles empedradas se levantan edificios de dos y tres pisos.

En muchos de los portales figuran las fechas de las construcciones de tales casas. En los bajos, muchas tiendas de dulces y souvenirs.

    De aquí, como se encontraba solo a 7 km, visitamos Mogarraz, donde destacaban los retratos que se hallaban en las paredes de los edificios. En el entramado de callejuelas y pasadizos se encuentran también escudos pertenecientes a viejos linajes, e incluso la temida inquisición.

    La citada exposición de retratos comenzó a finales de los años 60, cuando un vecino de la villa retrató a todos los vecinos del pueblo para que
pudieran formalizar su DNI. Después en 2008 el artista local Florencio Mallo lo convirtió todo en una galería de arte.

    De aquí nos fuimos algo tarde e incluso amenazando algo de lluvia (nos cayó una sutil llovizna durante la visita) hacia La Lagareta de Olivia, nuestro alojamiento de hoy situado en el poblado de Trevejo. Para llegar tardamos casi dos horas por una mala carretera y con curvas.

    Ahora son las 22:50h y me voy a dar una ducha para descansar. Ha sido un día completo.

DIA 24
9-Septiembre-2021

    Desayunamos cerca de las 9 un buen bufette: según la mujer del alojamiento eran todos productos naturales de zona como el bizcocho, las magdalenas... incluída la miel procedente de un apicultor de Villamiel, una población cerca de allí y donde nació ella. Aquí vivìa y la casa era casi ruinosa y se gastaron un dineral en rehabilitarla, siempre salvando la estética y los desniveles del terreno.

    Todo en conjunto natural menos el zumo de naranjas, que como no era el tiempo de esta fruta la tenían que importar. En un cartel a la salida se reflejaba el importe que se empleó para la rehabilitación de la casa, que por lo visto juntaron dos casas. Recibió una subvención del 75% de los fondos europeos.

    Dimos una pequeña vuelta calle abajo y vimos el imponente castillo en estado ruinoso a lo lejos.  Cogimos el coche y pusimos rumbo a Coria, ya en la provincia de Cáceres. Llegamos sobre las 11 y partimos desde una calle cuesta abajo, viendo la torre del castillo en primera observación.

Dicen los del lugar que es privado, pero hay otros que refieren que un día a la semana tienen derecho a abrirte.

    Dejando el castillo a nuestra izquierda cuya puerta se encontraba cerrada, pasamos el arco de la muralla y buscábamos la Oficina de Turismo, pero de camino topamos con un edificio que resultó ser la Cárcel Real, pero sin antes entrar por una de las puertas de la muralla.

    La citada cárcel actualmente se ha reconvertido en un museo arqueológico. Un lugar que funcionó como prisión desde el reinado de Carlos II, en donde se aprecia todavía la estructura de la parte
vieja del edificio. En el piso de arriba se encontraba una exposición de los Sanjuanes que se celebra en Coria del 23 al 29 de junio. Esta celebración tiene más de 500 años de historia.

    En los dos balcones de arriba a la izquierda, si salimos a la calle, era donde se alojaban los presos más peligrosos, por eso tenían doble enrejado. Los dos más a la derecha los que menos peligro tenían tratándose de la clase pudiente. Al final de todo se alojaba el alguacil o vigilante del recinto. Todo esto relatado por el monitor que nos atendió en la entrada.

    De aquí a la Catedral sobre las 12 y media. Es una de las más monumentales de la provincia de Cáceres. Me llevé una grata sorpresa, ya que no esperaba tantos atractivos, desde la decoración de la entrada hasta el arco y el interior, típicamente gótica después del marcado estilo renacentista de la entrada.

Destaca el Retablo Mayor, la sillería mudéjar del coro. Ojo! a la derecha hay motivos femeninos, y a la izquierda masculinos. Presentaba algunas grietas en la pared cono consecuencia del sueño inestable y del terremoto de 1775 de Lisboa.

    Volvimos  a una plaza y nos recomendaron el restaurante El Bobo de Coria inmortalizado en la pintura de Velázquez. Aquí nos pusimos "moraos" de comer. De primer plato nos pusieron una ensalada de codorniz bastante abundante, de segundo un plato de boletus con crema y de postre un trozo de tarta almendrada.
    Pusimos rumbo a continuación a Alcuéscar, a visitar la Ermita de Santa Lucía del Trampal, de estilo visigótico de las más antiguas de la comarca. Llegamos sobre las 7 y cerraban a las 8. Entramos en el Centro de Interpretación y nos pusieron una proyección de unos 11 minutos contándonos la historia de cómo llegó a este estado actual y las sucesivas transformaciones que sufrió. Ya camino arriba se encontraba el edificio.

    Nos recogimos en la casa rural La Plaza donde nos atendió una chica rubia que tenía por cierto una tienda al lado del establecimiento. Nos llevó al primer piso (vaya con las escaleras y la muleta). Nos dijo que teníamos allí en la cocina el desayuno preparado para mañana: una cesta con bollería industrial nada apetecible a base de croissant con chocolate, magdalenas, sobaos..... todo envasado en plástico, y que podíamos hacernos el café en cápsulas con la cafetera insitu. Aparte, zumos variados de tetrabrik en la nevera que llevan azúcar naturalmente. Nada apetecible. Naturalmente al día siguiente hicimos el desayuno en el bar de atrás del hotel.

    A la hora de la cena no se encontraba disponible bar en el pueblo: solo una heladería y sitios de copas, así que tuvimos que desplazarnos a la carretera al bar El Paraíso.

Es increíble, y en casi todas las poblaciones, que tenga uno que coger el coche para comer fuera por no haber demanda de sitios para comer dentro de estas.


    Ya el viaje de regreso a Sevilla lo hicimos desde aquí de Almoharín. Entregamos el coche a medio día: estábamos deseando llegar por el agotamiento de varios días y debido a mi situación. Agradecer sobre todo las atenciones de María José que sin ella no hubiera podido continuar el resto del viaje.                                                     
           
                                                      Miguel Angel